Desde las canchas de tenis a los negocios, la filantropía y la maternidad, la extenista número uno del mundo ha hecho de su vida una plataforma de cambio, redefiniendo lo que significa ganar. Es parte de lo que habla en el podcast Stockton Street, que estrenó junto a su hermana Venus en septiembre de este año. El título es un guiño a la calle del gueto californiano donde todo comenzó.
Por Catalina Ábalos L.
El 24 de octubre, Serena Williams (44) subió al escenario del teatro Campoamor de Oviedo para recibir el premio Princesa de Asturias de los deportes 2025. No lo hacía solo como una figura del Olimpo deportivo, sino como símbolo de algo mucho más profundo. Quien mejor lo expresó fue la princesa Leonor (20), encargada de entregar el galardón: “Nadie podría entender hoy el tenis sin ti. Lo transformaste en un deporte más rápido y explosivo, en una forma de vivir en la que tuviste que desafiar muchas convenciones”, afirmó.
El jurado describió a la ganadora de 23 títulos de Grand Slam como “una de las mejores tenistas de la historia” y, sobre todo, como “una firme defensora de la igualdad de género y de oportunidades entre hombres y mujeres en el deporte y en la sociedad”.
A tres años de su retiro del tenis profesional, Serena sigue más activa que nunca. Algo muy distinto a lo que imaginó el público en septiembre de 2022, cuando apareció en la portada de la revista Vogue, luciendo un vaporoso vestido celeste de Balenciaga, bajo el titular “La despedida de Serena”. “Con el paso del tiempo, espero que la gente llegue a verme como un símbolo de algo más grande que el tenis (…) Nunca me ha gustado la palabra jubilación. Quizás la mejor palabra para describir lo que estoy haciendo sea evolución, orientándome hacia otras cosas que son importantes para mí”, explicó.

DE STOCKTON AL MUNDO
Cada vez que puede, Serena Williams habla de Stockton, el gueto californiano donde creció en los 80, considerado como uno de los más peligrosos de EE.UU. por sus altos índices de violencia relacionada con pandillas y narcotráfico.
Junto a sus cuatro hermanas mayores –incluida Venus, su eterna cómplice y rival– fue criada bajo la disciplina férrea de su padre, Richard, quien las entrenó con convicción casi profética hasta convertirlas en campeonas. Parte de esa historia fue retratada en la película ‘King Richard’ (2021), que le valió un Oscar a Will Smith por su interpretación del patriarca.
De aquel entorno adverso, ambas saltaron al circuito profesional, transformándose en referentes del deporte femenino e íconos de resiliencia afroamericana. “Nunca quise encajar en una caja. No me parezco a nadie más y nunca lo haré”, dijo alguna vez Serena, recordando los años en que su raza, su cuerpo y su estilo eran cuestionados por un mundo que aún no estaba listo para ella.
Ese mismo espíritu dio origen a su nuevo proyecto: el podcast ‘Stockton Street’, que estrenó junto a Venus en septiembre de este año. El título es un guiño a la calle donde comenzó todo. “Por mucho que sea mi hermana, también fue mi oponente… No podía ser tan abierta como quería. Este espacio es una oportunidad para hacerlo”, señaló en entrevista a The Hollywood Reporter.
El primer episodio se grabó en el Estadio Arthur Ashe, el mismo donde dijo adiós al tenis profesional en 2022. Los capítulos, transmitidos quincenalmente a través de la red X, abarcan temas tan diversos como bienestar y cultura pop. Las hermanas también hablan sobre la presión mediática, los titulares sensacionalistas y los malentendidos de su juventud. “Nunca nos habíamos preocupado de eso, porque estábamos muy concentradas en jugar y dar lo mejor de nosotras mismas”, recordó Serena. “Ahora hay una narrativa que me encanta: podemos ser dueñas de nuestra historia y contarla con nuestra propia voz”.
AYUDAR PARA SANAR
Pocos saben que el activismo social de Serena tiene sus raíces en una tragedia familiar. En 2003, su media hermana y asistente personal, Yetunde Price, fue asesinada a balazos mientras se encontraba en el auto de su pareja, víctima colateral de una pelea entre bandas rivales. Tenía 31 años y tres hijos.
Por entonces, Serena ya atravesaba una pausa deportiva producto de una lesión, pero el golpe emocional la dejó devastada. “Yetunde y yo éramos muy unidas… De bebé ella cambiaba mis pañales”, confidenció. Sufrió una fuerte depresión, descendiendo del puesto número 1 al 84 del ranking mundial. Su regreso triunfal fue en 2007, cuando ganó el Australian Open tras vencer a Maria Sharapova por 6-1 y 6-2 en apenas una hora. Entre lágrimas, le dedicó su victoria: “Te quiero, Yetunde. Fuiste una hermana maravillosa para mí”, declaró ante la prensa.
Una década más tarde, Serena y Venus transformaron ese dolor en acción creando el Yetunde Price Resource Center, ONG que ofrece apoyo psicológico y recursos a familias víctimas de violencia. Su compromiso con las comunidades vulnerables no ha hecho más que crecer, extendiéndose a iniciativas educacionales, de empoderamiento femenino y apoyo a minorías.

SU “PLAN B”
Lejos de las pistas, Serena Williams sigue aplicando la misma estrategia que la llevó a dominar el tenis mundial: leer el juego, adelantarse y golpear con precisión. “En el deporte, mi trabajo era una empresa. Jugaba para ganar”. Con esa aseveración, tan pragmática como reveladora, sintetizó su filosofía durante su presentación en el American Business Forum, celebrado en Miami a principios de noviembre. Allí compartió escenario con figuras de la talla de Lionel Messi, Jeff Bezos y Javier Milei, en una cumbre que reunió a líderes globales para debatir sobre el futuro de los negocios, la tecnología y el impacto social.
Visionaria, explicó que su mentalidad empresarial se forjó mucho antes de colgar la raqueta. “Mi padre me enseñó que siempre debía tener un Plan B”, dijo a la audiencia.
Con la misma disciplina con la que perfeccionó su saque, planificó su transición al ámbito de los negocios. “Me anticipé, porque lleva tiempo aprender a invertir. Para cuando me retiré, ya tenía mi empresa y un propósito claro”, reconoció.
A través de su firma de capital de riesgo, Serena Ventures, invierte en sectores como deporte, salud femenina y tecnología. Fundada en 2014, nació tras un hallazgo que la indignó: las startups constituidas por mujeres reciben apenas el 2% del capital total invertido en Estados Unidos. “Mi fondo busca empoderar a todas las personas para que tengan voz y voto, sin importar quiénes sean (…) Apostamos especialmente por mujeres y personas de color, quienes reciben una cantidad desproporcionadamente pequeña del financiamiento disponible”, detalló.
La ecuación funciona. Según reveló la propia Williams en un video de TikTok, a la fecha ha invertido en 77 empresas de distintos sectores, de las cuales 14 han alcanzado el estatus de “unicornio”, superando los mil millones de dólares. La inclusividad también es el motor de su marca de belleza, WYN Beauty. “Hace 20 años, cuando estaba de gira, los maquilladores nunca tenían una base de maquillaje que coincidiera con el tono de mi piel. Jamás encontré una que me gustara y funcionara de verdad. Así supe que, tarde o temprano, inventaría algo”, comentó a la revista People en plena fiesta de lanzamiento en abril de 2024. El packaging es del mismo color amarillo verdoso de las pelotas de tenis. “Pertenece a mi historia, siempre amaré ese deporte”, admitió con franqueza.
LICENCIA PARA BRILLAR
Además de su familia de origen, quien ha apoyado siempre a Serena en todas sus facetas es su marido, el empresario tecnológico Alexis Ohanian (42). Al respecto, ella ha dicho: “Alexis no apaga mi luz. Me ilumina”.
Su historia de amor parece sacada de una comedia romántica. En mayo de 2014 coincidieron en el Hotel Hilton Cavalieri de Roma: ella estaba ahí para disputar el Open de Italia y el cofundador de Reddit daba una conferencia. Durante el desayuno, Ohanian se sentó en la mesa vecina.
Entablaron una conversación que culminó con ella invitándolo al partido que jugaba esa noche.
Una lesión le impidió rendir bien en la cancha, así es que lo convidó nuevamente, esta vez a Roland Garros (París). Antes del match, aprovecharon de pasear. Años más tarde, Serena recordaría entre risas que el magnate la conquistó hablando sobre ‘Iron Man’ y las películas de Marvel, de las cuales ella también es fan. Al parecer su visita la distrajo porque, pese a ser la favorita del torneo, perdió ante la española Garbiñe Muguruza. No le importó: había ganado un compañero.
En diciembre de 2016, Ohanian la sorprendió con un viaje de regreso a Roma y, en la misma mesa donde se conocieron, le propuso matrimonio. Un poco después, en pleno Australian Open, descubrió que estaba embarazada. Se hizo cinco tests para estar segura. Era cierto, pero eso no le impidió ganar el torneo.
Su hija mayor, Alexis Olympia, nació el 1 de septiembre de 2017 vía cesárea de emergencia, la cual se complicó causándole una embolia pulmonar a Serena, quien casi muere. Dos meses más tarde, ya con Serena recuperada, la pareja se casó en Nueva Orleans, rodeada de celebrities como Beyoncé y Meghan Markle. El 15 de agosto de 2023, nació Adira, su hija menor.
“He estado tan centrada en mi carrera que, al casarme y formar una familia, me di cuenta de que hay mucho más en la vida. Eso fue maravilloso”, declaró a la revista People. Olympia (8) y Adira (2) aparecen bastante en el Instagram de Serena, donde sus 18 millones de seguidores pueden ver cómo juegan a maquillarla, imitando su icónico grito ‘Let’s go!’ (“¡Vamos!”) o ensayando a su lado para su actuación en el Super Bowl.
Al igual que a muchas mujeres, a Serena se le ha hecho difícil recuperar su figura luego del parto. “Después de tener a mi segunda hija, bajé mucho de peso en dos semanas y luego me estanqué. Por mucho que comiera sano y entrenara al nivel de una deportista profesional, no bajaba ningún gramo. Creo que es hora de tener una conversación franca al respecto”, sentenció.
Tras intentarlo todo, probó con Zepbound, un medicamento para bajar de peso perteneciente al grupo de los GLP-1 como Ozempic. Con la misión de “remover el estigma” entre quienes usan este tipo de fármacos, se convirtió en la actual imagen de Ro, farmacéutica que comercializa Zepbound.
Ella asegura que lo que la mueve son sus hijas. “Quiero transmitirles que sean valientes a la hora de defender aquello en lo que creen (…) Espero que vean la diversidad de mis pasiones, desde el tenis hasta la belleza, y aprendan que pueden desarrollar carreras y vidas dinámicas”, reflexionó. Porque, como ella misma dijo una vez: “Mi mejor versión ha cambiado con los años, y eso está bien. Ganar, para mí, ahora es seguir creciendo”.