Stranger Things, la serie que convirtió la nostalgia en fenómeno global llega a su fin con ocho episodios que prometen responder preguntas, cerrar ciclos y expandir su ya mítico universo visual. En este tramo decisivo, la producción profundiza no solo en los personajes, sino también en el lenguaje estético que la consolidó como un referente cultural. Este recorrido por el detrás de escena revela cómo el equipo levantó, una vez más, un mundo donde cada prenda, peinado y textura forma parte de un relato mayor.
7 datos que marcaron este cierre
Cada look se duplica en distintas versiones para sobrevivir a meses de grabación. Ese trabajo milimétrico permite que cada escena mantenga coherencia incluso cuando se filma en distintos momentos del año.
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La estética de la temporada vuelve sobre símbolos personales de los actores y de la cultura pop. De Robin evocando a Winona Ryder a Will recuperando prendas esenciales, la construcción visual se convierte también en un gesto afectivo.
El corte de pelo de Will se inspiró en Sebastian, de La historia sin fin, y se mantuvo intacto “para mostrar su estancamiento emocional”. Nancy retoma la fuerza de Sigourney Weaver en Alien, mientras que Holly Wheeler replica la ternura de Gertie en E.T.: El extraterrestre.
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La jefa de Maquillaje, Eryn Krueger Mekash, recurrió a métodos reales de la época tras revisar el anuario de su esposo. Cepillos, rizadores, secadores y un uso mínimo de alisadoras permitieron crear looks voluminosos y texturizados fieles al espíritu ochentero.
Jamie Campbell Bower pasó cerca de 70 horas en la silla de prótesis durante el proceso original. Para esta temporada, el equipo liderado por Barrie Gower agilizó el trabajo con cuatro personas aplicando prótesis en la parte superior del cuerpo. Las nuevas piezas incluyeron “quemaduras y cicatrices que muestran las secuelas de la temporada anterior”.
El universo oscuro tomó forma gracias a 44 km de tubos flotadores, 130 km de cuerda y alrededor de 84 km de tentáculos. El departamento de Arte creó enredaderas de hasta cuatro metros que luego se expandieron digitalmente sobre árboles y edificaciones.
Buena parte de la utilería retro proviene de ventas de garage reales. Radios, productos de limpieza y objetos cotidianos ochenteros fueron seleccionados por la decoradora Jess Royal para crear espacios que se sintieran vividos y profundamente auténticos.
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La temporada final se sostiene en un compromiso evidente con la identidad que definió a Stranger Things desde el inicio: una narrativa donde cada detalle forma parte de un mismo acto de despedida. La primera parte del final ya está disponible y los capítulos restantes se estrenarán en Navidad y Año Nuevo.