La familia real británica prepara un año de alto perfil en Estados Unidos, marcado por celebraciones históricas y una agenda diplomática que promete volver a estrechar la relación entre ambos países. Sin embargo, la presencia de los duques de Sussex en este escenario no está contemplada, según confirmó Page Six.
El príncipe William y Kate Middleton viajarán a Estados Unidos en julio para formar parte de los actos por el 250 aniversario de la firma de la Declaración de Independencia. En paralelo, el rey Carlos III y Camila fueron invitados por el presidente Trump a una visita de Estado en Washington D. C. prevista para abril, siempre que el estado de salud del monarca se lo permita, indicaron funcionarios al medio estadounidense.
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Desde el Palacio, la expectativa es alta. “Esperamos que todos los miembros sénior de la realeza vengan”, afirmó una fuente cercana. “Este será un año enorme tanto para Estados Unidos como para el Reino Unido”.
A pesar de su visibilidad pública, Harry y Meghan no participarán. “Obviamente el duque y la duquesa de Sussex no son miembros activos de la realeza, por lo que no serán invitados a ninguna celebración”, explicó una fuente. “Cualquier invitación tendría que venir directamente de la propia familia real”.
La distancia con la institución no es solo protocolar. Mientras la pareja mantiene el uso social de sus títulos, como ocurrió recientemente cuando Markle fue presentada a una periodista como “Meghan, duquesa de Sussex”, las tensiones internas siguen sin resolverse. Harry y William no han hablado en más de dos años. Y aunque el duque expresó a su padre que le “encantaría” una reconciliación, y dijo a la BBC que no deseaba seguir peleando porque “no sabe cuánto tiempo más estará su padre”, el daño acumulado pesa. Entre entrevistas críticas, el programa de Netflix y la publicación de las memorias de Harry, la confianza está, según fuentes, profundamente erosionada.
La postura del presidente Trump tampoco favorece un reencuentro público. En el pasado, consultado por una eventual deportación del príncipe por consumo de drogas, respondió: “Lo dejaré en paz. Ya tiene suficientes problemas con su esposa. Ella es terrible”.
Por ahora, Buckingham evita confirmar cualquier viaje, y los representantes de William y Kate no han emitido comentarios. Lo cierto es que 2025 asoma como un escenario en que la realeza británica volverá a ocupar un papel central en la diplomacia estadounidense. Aunque no todos los miembros del clan estarán presentes.
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