Desde que el príncipe Harry y Meghan Markle oficializaron su relación, distintos episodios han salido a la luz revelando cómo se vivieron esos meses dentro de la familia real británica. Entre ellos, un antecedente poco conocido vuelve a tomar fuerza: el rol del príncipe Felipe, fallecido en 2021, durante el compromiso de la pareja.
De acuerdo con nuevas publicaciones de biógrafos reales, el duque de Edimburgo habría manifestado fuertes reservas cuando Harry anunció su compromiso en 2017. Según relata Andrew Lownie en su libro Entitled, Felipe le habría dicho a su nieto: “Uno sale con actrices, uno no se casa con ellas”. La frase, que figura como una de las más tajantes atribuidas al compañero de la reina Isabel II, habría marcado la visión temprana que él tenía de la relación.
La cautela no era exclusiva de Lownie. La autora real Ingrid Seward señala en su obra My Mother and I, Philip, publicada en 2024, que el príncipe Felipe fue “uno de los muy pocos cautelosos” con Markle cuando ella y Harry comenzaron a salir en 2016.
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Los paralelos realizados por Felipe no se quedaron allí. El duque de Edimburgo habría comparado a Meghan Markle con Wallis Simpson, la mujer por la cual Eduardo VIII renunció al trono en 1937. Esa unión, marcada por el escándalo debido a los divorcios previos de Simpson, permaneció bajo escrutinio hasta la muerte de Eduardo en 1972.
Pese a sus dudas, Felipe asistió en 2018 a la boda de Harry y Meghan en el Castillo de Windsor. Y aunque su presencia fue interpretada como un gesto de apoyo institucional, algunos testigos han revelado comentarios en privado. Grant Harrold, exmayordomo real, sostiene que el duque habría dicho a Isabel II: “Al fin se terminó”, al dejar la capilla.
El distanciamiento posterior de la pareja respecto a la vida real sumó otro capítulo a la relación con Felipe. Cuando Harry y Meghan anunciaron su salida de la institución en 2020, el duque de Edimburgo se habría abstenido de influir en la decisión y le comentó a su esposa que él “muy pronto ya no estaría en esto”.
Actualmente, Harry y Meghan viven en América del Norte junto a sus hijos, el príncipe Archie y la princesa Lilibet, mientras mantienen una relación distante, aunque aún observada, con la monarquía británica.