La celebración por los 70 años de Kris Jenner reunió a invitados de alto perfil, entre ellos Meghan Markle y el príncipe Harry, quienes acudieron al evento celebrado en la mansión de Jeff Bezos y Lauren Sánchez en Beverly Hills. Sin embargo, lo que parecía ser una noche de festejos terminó derivando en una ola de especulaciones en redes sociales. Todo, a raíz de unas fotografías que desaparecieron misteriosamente de Instagram.
Las imágenes, que inicialmente fueron publicadas por Kris Jenner y Kim Kardashian dentro de sus resúmenes de la velada, mostraban al duque y la duquesa de Sussex junto a las anfitrionas. Poco después, ambos posteos fueron modificados.
Ver esta publicación en Instagram
Según comentó una fuente a Page Six, “un representante de la pareja supuestamente le pidió a Jenner y a Kim Kardashian que quitaran las imágenes que compartieron de los royals“. Ese detalle desencadenó una narrativa inmediata: la idea de que el matrimonio habría querido evitar protagonismo en una instancia pensada para homenajear a la matriarca del clan Kardashian-Jenner.
Versiones posteriores entregaron matices distintos. Desde el entorno Sussex, otra fuente aseguró a Page Six que nunca existió el supuesto “formulario de consentimiento” que algunos medios mencionaron. Este, habría sido marcado con un “no” por parte de Harry y Meghan. Según esa versión, el documento jamás fue distribuido en la fiesta, pese a que circuló ampliamente la idea de que fue el origen del conflicto.
Mientras tanto, una fuente del círculo Kardashian indicaba que la familia estaba “molestándose con el equipo de los Sussex” por, presuntamente, “opacar” un evento que buscaba centrarse únicamente en Kris Jenner. Al mismo tiempo, el informante señalaba que los Sussex tenían un interés específico en no tensar su ya frágil relación con la familia real. En sus palabras: “No quieren molestar a la familia real mientras intentan reconciliarse”. La misma fuente añadió: “Necesitan a la (royal) familia. Meghan es consciente de eso”.
La decisión de eliminar las fotos también habría tenido un componente simbólico. Según informó Page Six, el matrimonio buscaba evitar cualquier tipo de interpretación inapropiada durante el Día del Recuerdo en el Reino Unido. Esta, se trata de una fecha muy especial, dedicada a honrar a los soldados caídos. Harry, de hecho, asistió al evento luciendo el tradicional pin de amapola roja en su traje negro.
Mientras las especulaciones siguen su curso, el foco ahora se desplaza a Londres. Desde allá, la familia real conmemora el Día del Recuerdo con la solemnidad que marca el calendario británico. En ese contexto, este mini escándalo social queda como una nota al margen, aunque no exenta de interrogantes. Especialmente sobre cómo será recibido que Harry y Meghan hayan quedado envueltos en una polémica ajena justo en una fecha especialmente sensible para la corona.
Ver esta publicación en Instagram