Entre bosques, hojas doradas y tardes de otoño, el príncipe Louis tiene una afición que encantó al Reino Unido: recoger castañas de indias en los alrededores de su casa en Windsor. Un pasatiempo tan inocente y encantador que incluso llamó la atención de una de las tradiciones más queridas del país: el World Conker Championships, el Campeonato Mundial de Castañas.
La organización, fascinada con la historia, quiso convertir al pequeño Louis en su presidente de honor, lo que habría significado su primer rol oficial como miembro de la familia real. Sin embargo, desde el Palacio de Kensington la respuesta fue tan cortés como firme. “Apreciamos la invitación, pero en estos momentos el príncipe Louis está centrado en sus estudios”, respondieron los príncipes de Gales a través de un portavoz.
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La propuesta nació a partir de un gesto espontáneo de Kate Middleton durante un encuentro con un grupo de scouts, el pasado septiembre, mientras recibía a los Trump en Londres. La princesa habló con ternura de su hijo menor: “Las encontramos en los armarios, en su cama… hay castañas por todas partes”, confesó entre risas.
El comentario no pasó inadvertido. Desde el World Conker Championships imaginaron que ese entusiasmo infantil podía convertirse en símbolo de la tradición británica que defienden. Se trata de un torneo en el que dos jugadores golpean sus castañas atadas a una cuerda hasta que una se rompe. Y no les faltaba inspiración: el propio rey Carlos III había enviado cientos de castañas del castillo de Windsor para que la competencia pudiera celebrarse, luego de que una escasez amenazara su edición de este año.
El gesto de Louis parecía alinearse con una visión que su madre ha defendido en numerosas ocasiones: el valor de los juegos al aire libre y el contacto con la naturaleza como parte esencial de la infancia. Y aunque esta vez el título honorífico no se concretó, el torneo agradeció públicamente la atención del Palacio.
“Al igual que muchas otras organizaciones que cuentan con miembros de la familia real como patrones, tenemos fines benéficos. Y hemos recaudado cerca de 450.000 libras para ayudar a las personas que viven con pérdida de visión”, señaló un portavoz de la entidad.
A sus siete años, el príncipe Louis todavía tiene tiempo de sobra antes de asumir compromisos oficiales. Su padre, el príncipe William, no lo hizo hasta los 23, cuando fue nombrado presidente de honor de Centrepoint, una organización benéfica en apoyo a jóvenes sin hogar que había visitado junto a la princesa Diana en su niñez.