Incluso en la realeza, los detalles más pequeños pueden hablar más fuerte que las palabras. Y en el caso de Kate Middleton, ese lenguaje se encuentra en sus manos, y en las joyas que las adornan en cada evento oficial.
Durante años, el anillo de compromiso de la princesa de Gales ha sido sinónimo de historia y romance: el famoso zafiro azul de 12 quilates rodeado de diamantes que perteneció a la princesa Diana, acompañado por una banda del rarísimo oro galés. Una pieza que, tras casi década y media en su dedo, parecía haberse convertido en un emblema inseparable de su imagen pública.
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Pero en los últimos meses, la princesa ha decidido transformar ese relato. En apariciones recientes, como en el funeral de Katherine, duquesa de Kent, Middleton sorprendió con un nuevo complemento: un anillo de eternidad de zafiro y diamantes creado por los joyeros reales G. Collins & Sons. Esta joya se suma a su ya llamativo conjunto de anillos, que hoy cuenta con cinco piezas distintas.
Entre ellas destaca un anillo de eternidad de diamantes de Annoushka, que se cree fue un regalo del príncipe William tras el nacimiento de George. Así como también, una sencilla banda de platino que parece llevar pequeños diamantes incrustados. A este conjunto se suman la alianza original y, por supuesto, el icónico zafiro de Diana.
Según el Daily Mail, la elección de Middleton representa “una evolución silenciosa en la joyería real, que favorece un simbolismo moderno y personal por sobre la formalidad”. Un gesto que encaja con la manera en que la princesa ha manejado su estilo a lo largo de los años: elegante, pero siempre con una lectura íntima y práctica.
No se trata solo de estética. El anillo de eternidad de zafiro y diamantes, aseguran fuentes cercanas, sería un símbolo conmemorativo tras haber completado su tratamiento de quimioterapia el año pasado. Una pieza cargada de significado que añade una nueva capa a la narrativa de Middleton.
Lo curioso es que la princesa combina anillos de tonos dorados y plateados, algo que en los códigos clásicos de la joyería resultaba impensable, pero que hoy se lee como una elección moderna y versátil. En una mujer que vive bajo los flashes, cinco anillos no son solo un detalle de estilo: son una declaración silenciosa de quién es y de lo que quiere transmitir.
