Sirvió té a reinas, pulió plata para reyes y fue testigo silencioso de intrigas en los pasillos de Buckingham. Hoy, Grant Harrold, el exmayordomo que trabajó junto al entonces príncipe de Gales entre 2004 y 2011, publica The Royal Butler, un libro que promete sacudir la narrativa oficial de la monarquía británica.
En sus páginas, Harrold comparte recuerdos que van desde el humor ácido del príncipe Felipe hasta las tensiones irreparables entre los hijos de Diana. Y no duda en señalar que el matrimonio de Harry con Meghan Markle marcó un antes y un después.
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El autor recuerda la boda de 2018 en la Capilla de San Jorge, ceremonia que reunió a la reina Isabel II, Felipe y a toda la familia real. En medio del despliegue, Harrold asegura que el duque de Edimburgo no pudo resistirse a soltar una de sus frases lapidarias: “Cuando el príncipe Felipe salió, se volvió hacia la reina y dijo: ‘Gracias a Dios que esto terminó’“. Según Harrold, la reina incluso sonrió ante el comentario.
Si bien Harry se encuentra en Londres esta semana y se especula con una audiencia junto a su padre, el exmayordomo advierte que el terreno está quebrado. “El rey no confía en Harry, por lo que Harry ha dicho. Le preocupaba que lo usara en su beneficio. Y lo hizo”, explicó a Page Six.
Y agregó: “Si se reconcilian y luego vuelven a pelear, ¿qué impide que haya otro libro, una serie en Netflix o una entrevista al respecto?“. Para Harrold, los acuerdos editoriales y mediáticos de los Sussex son un obstáculo insalvable para su regreso a la vida institucional.
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El autor asegura que los príncipes de Gales y de Sussex fueron inseparables durante años: caminaban juntos, iban al pub, montaban motocicletas. Pero en 2016, todo cambió. “En cuanto Meghan llegó a su vida, todo cambió. Puede que Harry haya tenido su propio despertar y de repente decidiera que no le gustaba la organización, pero el problema es que Meghan estaba con él cuando eso pasó. El mayor cambio en la vida de Harry es Meghan“.
Más allá de la narrativa que rodea a la duquesa, Harrold cree que “algo más profundo ocurrió entre Harry y William”. Y aunque el libro Spare del duque de Sussex dejó al descubierto discusiones físicas y un vínculo que oscilaba entre “hermano querido y archienemigo”, para el exmayordomo lo sorprendente es la magnitud de la fractura.
Durante su breve paso como miembro activo de la familia real, Markle buscó marcar sus propios ritmos. Harrold recuerda un episodio en que la exactriz quiso cancelar un compromiso oficial para recibir a sus amigas en casa. “Prefería almorzar con sus amigas, pensando que no había problema, y no era así. Así no funcionan las cosas. No se puede cambiar”.
Y va más allá: “Creo que el problema con Meghan es que entró a la institución y, tras ver a todas las princesas de Disney, pensó que sería así. Cuando entras a la familia real, recibes reglas y protocolos que debes seguir”.
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Harrold también se detiene en el futuro de la monarquía, convencido de que William impondrá un giro cuando suba al trono. “La realidad es que, cuando George, Charlotte y Louis crezcan y empiecen a involucrarse, la monarquía serán únicamente el príncipe y la princesa de Gales y sus tres hijos“.
En su visión, la institución dejará de ser un “la empresa” para transformarse en una estructura más delgada y mucho más mediática. El propio William ya ha mostrado señales: vive sin mayordomo, cocina, lava y carga sus propias cosas junto a Catherine. Harrold lo resume con cierta nostalgia: “Hasta el día de hoy, soy el único que alguna vez hizo labores de mayordomo para él”.
The Royal Butler, que verá la luz el 23 de septiembre, también expone la política interna de palacio: choferes y secretarios que “se veían a sí mismos como superiores a los demás”, rivalidades entre empleados y un ambiente donde, según Harrold, algunos miembros del personal “podían ser más reales que los propios royals”.
