Revista Velvet | Velvet a la carta: Pastelería Lover por Camila Elizalde
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Velvet a la carta: Pastelería Lover por Camila Elizalde

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Velvet a la carta: Pastelería Lover por Camila Elizalde

POR Pablo Schwarzkopf | 05 septiembre 2025

Fotos: Agencia Cual y Camila Elizalde

Santiago pedía una pastelería moderna: vitrina con técnica, mantequilla de verdad y pasteles —no postres ni confites— para sentarse tranquilo a desayunar, almorzar liviano o “tomar once” con puras cosas ricas. Lover abrió en octubre de 2024 y ocupó ese vacío con naturalidad. Sala blanca, orden visual, cajas rosadas que ya son parte del paisaje; detrás, Camila Elizalde al mando, de pulso firme y obsesión bien entendida.

Acá el producto se sostiene con método. Camila afinó la operación para que fluya: número de pedido, barra que se mueve sin tropezar y un sistema propio enlazado a sus pedidos que prioriza, “Incluso con el local reventado, la espera no supera los 20 minutos —y eso incluye salados a la minuta—”, dice. También fija el estándar donde duele: “La bollería en Chile está muy industrializada; aquí trabajamos con mantequilla y técnica. Ese es el estándar”. Y se nota: laminados perfectos, cremas que saben a lo que dicen ser, pralinés de calidad, todo esto es decir poco.

La vitrina es la firma. Saint Honoré en formato pequeño, base crujiente con avellanas, vainilla que perfuma, choux craquelín y praliné; un clásico bien plantado. Miss Daisy entra con ganache de vainilla, mango–maracuyá y crocante de avellanas: luminoso, equilibrado. Cheesecake de frambuesa horneado, bañado en chocolate de frambuesa, cremoso con acidez justa. Kiss Me arma capas de cacao y frambuesa con cremoso 70% y mousse 56% en centro gel. Y la NY Cookie Red Velvet (150 g) queda para el camino con su corazón tipo cheesecake.

La carta conversa con el calendario: en septiembre se asoma un petit inspirado en torta amor —tradición local con técnica moderna—; más adelante, Halloween viste la vitrina. El Teddy no cambia: se mantiene como pieza icónica, mientras rotan los demás estacionales, de tendencia y nuevas presentaciones según la fecha. Un guiño divertido a el calendario. 

Lo salado compite de igual a igual. Croissant de huevo cremoso con queso para ordenar la mañana; hojaldre laminado fino, corte limpio, con generoso quesito rallado en su cima. Y el nuevo que se instala como favorito: croissant glaseado en mantequilla al tomillo, palta, cebolla, salmón y huevo pochado; goloso y bien pensado. Al mediodía hay pasta y pizza napolitana precisas —influencia italiana del equipo— y hojaldres con tomates y verdes que resuelven el formato ejecutivo sin sacrificar sabor.

Detrás hay brigada de competencia y una cocina que entiende repetibilidad. La formación de Camila (Roja Dulce) se traduce en disciplina y constancia diaria. No se trata de una vitrina fotogénica: se trata de una vitrina confiable.
Por eso lo digo con claridad: hoy es el mejor lugar “exportable” de la ciudad para desayunar y comer pastelería moderna de buen nivel, y también para tomar once como corresponde, con una mesa llena de cosas ricas.

Lo que viene está claro: carta en movimiento (sin perder criterio), dos sucursales en la Región Metropolitana durante 2025 -26 —la próxima, en el oriente, San Carlos de Apoquindo—, pop-ups de verano y, luego, regiones con foco. Movimientos con cabeza, y el producto de calidad siempre por delante.

Mi ruta aquí queda así: café, croissant de huevo, Saint Honoré en mesa y NY Cookie Red Velvet para la tarde. Mirar siempre la vitrina de temporada —en septiembre ese petit de torta amor— y recordar que Teddy se mantiene como es: el resto cambia a su alrededor. Esa es la gracia de Lover: firmeza en la idea, producto de calidad y una ciudad que, por fin, abraza la pastelería de nivel.

 

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