Jason Isaacs ha recorrido escenarios y pantallas durante más de treinta años. Ha interpretado desde villanos memorables hasta protagonistas complejos, ha recibido premios en festivales y ceremonias internacionales, y aun así, asegura que la inseguridad no lo abandona.
A sus 62 años, el actor se enfrenta a su primera nominación al Emmy, como Mejor Actor de Reparto en una Serie Dramática por su papel de Timothy Ratliff en la tercera temporada de The White Lotus, con un sentimiento que parece acompañarlo en cada paso: la impostura.
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“Me pongo completamente nervioso con todas las estrellas cuyo trabajo admiro. Y no solo con las personas en mi categoría, en todas las categorías, e incluso con quienes no están nominados. Hay mucho talento extraordinario alrededor. Siempre me siento como un impostor“, confesó a People durante el Televerse Festival de Los Ángeles.
La noche del 14 de septiembre, Isaacs compartirá categoría con Sam Rockwell y Walton Goggins, también parte del elenco de White Lotus además de James Marsden (Paradise) y el trío de Severance: John Turturro, Tramell Tillman y Zach Cherry.
Un entorno cargado de nombres brillantes que, lejos de intimidarlo en exceso, despierta en él una mezcla de entusiasmo y temor. “Me sentiré como un impostor también en la noche de los Emmy. Y de alguna forma lo espero con ansias y al mismo tiempo me asusta”, señaló. Aunque admitió que será igualmente “encantador” y “emocionante” reencontrarse con colegas en la ceremonia.
Isaacs ha sido reconocido anteriormente en los Satellite Awards, Independent Spirit Awards y Empire Awards por producciones como Case Histories, Mass y Star Trek Discovery. Sin embargo, nunca antes había recibido una nominación a los Emmy. Quizás por eso, toma este reconocimiento con una mezcla de sorpresa y gratitud.
En The White Lotus 3, Isaacs encarna a Timothy, un empresario adinerado que viaja a Tailandia con su esposa Victoria (Parker Posey) y sus tres hijos, Saxon, Sarah y Sam, interpretados por Patrick Schwarzenegger, Sarah Catherine Hook y Sam Nivola, respectivamente. A lo largo de la temporada, la familia enfrenta crisis individuales y procesos de autodescubrimiento que culminan en un final explosivo.
“Sentí que ya había ganado un premio solo por conseguir el papel, hacerlo, estirar todos esos músculos y enfrentar todos esos retos”, aseguró el actor, destacando el privilegio de trabajar bajo la mirada de Mike White. “Mike White crea estos seres humanos tridimensionales y sorprendentes, que actúan de maneras particulares e inesperadas. Y les pide a todos los actores ir a lugares donde normalmente no van. Así que es un privilegio enorme”.
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Más allá de la alfombra roja y las estatuillas, Isaacs parece valorar el oficio mismo por sobre los reconocimientos. La nominación lo emociona, pero no lo deslumbra: prefiere poner la atención en la oportunidad de habitar un personaje complejo, y de explorar nuevas dimensiones como actor. Y aunque él insista en sentirse un “impostor”, lo cierto es que su presencia en The White Lotus demuestra lo contrario: Isaacs forma parte de un elenco reconocido por la crítica y su nominación al Emmy refleja la solidez de su trayectoria.
