Los príncipes de Gales, Kate Middleton y el príncipe William, se preparan para un cambio trascendental. A finales de este año dejarán Adelaide Cottage para instalarse en Forest Lodge, una mansión de estilo georgiano ubicada en Windsor, que se convertirá en su hogar definitivo. Allí planean permanecer incluso cuando William ascienda al trono, marcando una nueva etapa en la vida de la familia real.
La propiedad, que cuenta con ocho habitaciones, es considerablemente más amplia que su actual residencia de cuatro dormitorios. Sin embargo, pese a la magnitud de la casa, los príncipes continuarán sin tener personal interno. Su niñera, Maria Turrion Borrallo, quien los acompaña desde que George era un bebé, junto con los encargados de la casa, permanecerán en otras dependencias de la propiedad, tal como lo han hecho hasta ahora.
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Construida en la década de 1770 y originalmente conocida como Holly Grove, la mansión fue adquirida por la Crown Estate en 1829. Durante gran parte del siglo XIX y principios del XX, fue residencia del subguardián del Windsor Great Park. En los años setenta incluso se rumoró que la princesa Ana y su entonces esposo, Mark Phillips, podrían ocuparla, aunque finalmente nunca se mudaron.
En 2001, Forest Lodge pasó por una remodelación valorada en 2 millones de dólares y se ofreció en arriendo por 20.000 dólares mensuales, según People. Las imágenes de esa restauración revelan interiores con chimeneas, ventanas venecianas y techos ornamentados. Además, la residencia cuenta con una cancha de tenis, un detalle perfecto para la activa familia real, que ya dispone de otra en Anmer Hall, su casa de Norfolk.
La decisión de mudarse a Windsor responde a una búsqueda de equilibrio entre vida familiar y deberes reales. En 2022, William y Kate dejaron su departamento en el Palacio de Kensington en Londres para instalarse en Adelaide Cottage, con el fin de dar a sus hijos más espacio verde y cercanía con el colegio Lambrook, donde estudian George (12), Charlotte (10) y Louis.
En marzo pasado, Kate explicaba a los soldados durante el desfile de San Patricio de los Irish Guards: “Estamos en Windsor en este momento. Estábamos en Londres pero nos mudamos allí por más espacio verde. Está lo suficientemente cerca de Londres, no demasiado lejos”. Una declaración coherente con lo que ella misma había dicho años atrás: que su mayor felicidad está al aire libre, en el campo y con su familia. La mudanza también los acerca a los padres de Kate, Carole y Michael Middleton, quienes viven a solo 30 minutos y participan activamente en la vida de sus nietos.
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