Al parecer, no todo es color de rosas en los jardines del rey Carlos III, y 11 de sus 12 empleados han dejado de trabajar para el monarca en los últimos años.
De acuerdo al The Times, las cosas no pintan muy bien en Highgrove House, la casa de campo del monarca ubicada en el condado de Gloucester. Y es que según un extenso artículo del medio citado, varios jardineros de Carlos III se quejaron sobre las exigencias de su trabajo. Quejaron, en pasado, ya que los últimos tres años casi su totalidad de empleados del jardín han dejado de trabajar para él.
Uno de los motivos principales es el bajo sueldo. Esto, porque según información del Times, en 2022 los empleados cobraban el sueldo mínimo, una cantidad inferior a las que se pagaba en otros jardines. Y si bien podría decirse que esto se equilibraba con el prestigio de trabajar para la Familia Real británica, de acuerdo a los trabajadores no era suficiente.
“Es como si te dijeran: deberías estar agradecido de que te hayamos dado un trabajo, y trabajas para el Rey, la persona de mayor rango del país”, reveló una de las fuentes al Times.
Otros exempleados han hablado también sobre el mal genio y el exceso de meticulosidad de Carlos III, haciendo que las tareas de sus jardineros sean más duras de lo que ya lo son.
Por su parte, uno de los jefes de jardines aseguró no superar el periodo de prueba por no saber el nombre de una flor en particular, algo que hizo enojar al monarca. “Aparta a ese hombre de mi vista”, habría dicho Carlos III.
Otros se refirieron al empleado que escribió mal el nombre de un arbusto, a lo que Carlos respondió con una etiqueta con su error subrayado y un mensaje que decía: “¡No!”.
“¿Por qué faltaban las etiquetas con los nombres de su magnolia favorita?”, cuenta otra fuente al Times. Y así enumeran muchos de los comentarios del monarca británico: “¿Por qué los jardineros no habían logrado salvar su querida azalea perenne?, ¿Por qué un cerezo en particular no crecía?, ¿Por qué se habían podado los delfinios cuando hacerlo perjudicaría su progreso?, ¿Los estaban alimentando con suficientes algas, según sus órdenes?, ¿Y servía el restaurante público la patata cerosa que tanto le gustaba?”.
Si bien es la primera vez que estas quejas salen a la luz, algo se había dejar filtrar en el pasado al respecto. Es más, en Rebel Prince, su biografía de 2018 sobre el entonces príncipe de Gales, Tom Bower se refirió al hecho de que sus jardineros tenían que tumbarse boca abajo sobre un remolque para arrancar las malas hierbas a mano. Esto, porque Carlos III odia los pesticidas. Así como también habló de “militares indios jubilados haciendo rondas nocturnas con linternas para retirar las babosas de las plantas”.
Además, a finales de 2023, el escaso personal se convirtió en un problema, tanto así que la Fundación del Rey, encargada de los jardines en Highgrove desde 2021, encargó una investigación externa. En ese entonces se recomendó a la fundación ofrecer apoyo en salud mental a los empleados, así como también una revisión de sus sueldos. Sin embargo, de acuerdo al Times, estos problemas perduran.