Después de más de un año alejada del ojo público, la princesa de Gales volvió a ocupar un lugar central en la escena diplomática británica. El pasado 8 de julio, Kate Middleton acompañó al príncipe William, al rey Carlos III. Y otros miembros de la familia real en el Castillo de Windsor, durante el banquete de Estado en honor al presidente Emmanuel Macron y su esposa Brigitte.
Este evento marcó su primera aparición en una cena de Estado desde 2023. Tras haberse ausentado de instancias similares el año pasado mientras se enfocaba en su tratamiento contra el cáncer. Y su reaparición no solo fue significativa por su presencia, sino también por el poderoso simbolismo de lo que llevaba puesto.
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Kate lució, por primera vez, la Royal Family Order del rey Carlos III. Una distinción reservada a las mujeres de la realeza que han ejercido funciones oficiales durante años, y que es otorgada de forma personal por el monarca, sin intermediación del gobierno.
Se trata de una insignia con un retrato en miniatura del soberano, sujeta a un lazo azul claro. En el caso de la princesa fue puesto justo encima de la Royal Family Order de la difunta reina Isabel II.
“La tradición de otorgar una Family Order, una insignia que llevan las mujeres de la familia real. Y que es concedida personalmente por el soberano, fue instaurada por el rey Jorge IV hace más de 200 años. Desde entonces, se han otorgado órdenes familiares bajo los reinados de la reina Victoria, el rey Eduardo VII, el rey Jorge V, el rey Jorge VI y la reina Isabel II”.
La reina Camila fue la primera en lucir la nueva orden en la visita de Estado a Japón en junio de 2024, y volvió a llevarla en esta cita con Francia. Para Kate, en tanto, este gesto simboliza tanto la continuidad dinástica como su regreso al círculo activo de la realeza.
Vestida con un imponente diseño rojo con capa de Sarah Burton para Givenchy, la princesa complementó su look con la tiara Lover’s Knot de la reina Mary, una de sus favoritas desde 2015. Y unos aros pertenecientes a la reina Isabel II.
