Aunque Highgrove House fue oficialmente transferida al príncipe William tras la ascensión al trono de su padre, el rey Carlos III, todo indica que la icónica propiedad campestre podría no convertirse nunca en el hogar de los príncipes de Gales y sus hijos.
Así lo sugirió Jack Stooks, antiguo jardinero de Carlos III, en una entrevista con la revista OK!, donde compartió reflexiones sobre el futuro de la propiedad.
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“Antes de que Carlos se convirtiera en rey, yo pensaba que había que asegurarse de que el jardín de Highgrove estuviera realmente protegido”, afirmó Stooks. “Por eso, él pensaba que William probablemente no se instalaría en Highgrove. La idea era protegerlo de alguna manera. Actualmente, el King’s Trust arrienda el jardín al ducado de Cornualles“.
Pero más allá de la logística, habría una razón emocional detrás de esta aparente decisión. Según el mismo Stooks, William habría optado por mantener distancia con la residencia para cuidar a su esposa, la princesa Kate, de las inevitables comparaciones con Diana, princesa de Gales.
“Es como si Kate tuviera que ponerse en el lugar de Diana. La comparan tan seguido con ella en la prensa, lo que me parece injusto, porque son dos personas muy diferentes”, señaló.
Para William, Highgrove no es solo una casa: es el escenario de su infancia, el lugar donde vivió momentos con sus padres y compartió recuerdos con su hermano y su madre, ya fallecida.
Y quizás por eso elige escribir su presente lejos de esa sombra. Hoy, el núcleo familiar se reparte entre Adelaide Cottage, en Windsor, y Anmer Hall, en Norfolk, donde han construido un espacio más íntimo y acorde a sus ritmos actuales.