Si has seguido el Mundial de Clubes de la FIFA 2025, entonces has escuchado la pegajosa canción que lo acompaña. Se trata de “Freed from desire” y su reconocido coro “Na-nana-naná…”.
El himno del campeonato se ha vuelto todo un hit y para el fotógrafo chileno Nicolás Tapia, se trata de una “una señal inequívoca”. “Cada vez que suena la canción, apunto a las gradas y saco las mejores fotografías de los aficionados, sus rostros son señal de que están pasando un buen momento”, dijo a DW.
“Freed from Desire” debutó en 1996 y se convirtió en el hit del verano europeo. Sin embargo, nada hacía presagiar que el fútbol la rescataría dos veces. En una primera instancia, por una barra inglesa y luego por el actual Mundial de Clubes.
Originalmente fue interpretada por la cantante italiana Gala Rizzatto. Veinte años después, fue rescatada del olvido por los hinchas del Wigan Athletic, equipo inglés que se apropió de la canción en 2016 para alentar a su delantero Will Grigg.
“Will Grigg’s on fire, your defense is terrified (Will está encendido, tu defensa está aterrorizada)”, decía la canción de la barra.
Desde entonces, el estribillo sin requisito de idioma se tomó los altoparlantes de los estadios europeos, empezando por la Eurocopa 2016 en Francia e incluso el toreno de fútbol de los Juegos Olímpicos de París en 2024.
Desde entonces, “Na-nana-naná” se ha convertido en un himno futbolero del triunfo, que se oye incluso en deportes como tenis y pádel, pero también en contextos reivindicativos.
“Si quieres usarla en el deporte, está bien. Pero al mismo tiempo, en París, la canción fue usada por mujeres, por la comunidad LGBTQ+, por estudiantes contra el gobierno. Tiene su propia energía. Me alegra que la gente encuentre alegría en ella”, dijo Gala en una entrevista al The Guardian el año pasado.
Por su parte, más allá del Munidal de Clubes, uno de los equipos que usó la canción recientemente fue el Liverpool cuando ganó el título de la Premier League 2024-25.
Gala, a quien se la ha visto en estadios interpretando “Freed from desire”, tuvo que iniciar una batalla legal para reclamar los derechos de la canción ante el resurgimiento de su éxito. Y, en abril, la cantante le contó a la revista francesa Paris Match que vive “sin un centavo” en Brooklyn, Estados Unidos, y que en 30 años no ha podido aprovechar comercialmente su hit por haber firmado “un contrato muy injusto” décadas atrás.
La buena noticia es que, hace algunos años, Gala obtuvo el derecho a regrabar y recuperar su icónica canción, algo muy beneficioso para ella y el Mundial de Clubes.