James Blunt está acostumbrado a lo inesperado. Ya sea una crítica mordaz, un sold-out en arenas o un comentario inusual de un asistente vial. Hace unos días, justo antes de una entrevista por Zoom con People, su esposa, Sofia, tuvo un percance menor al pasar sobre un bache.
El técnico de emergencias llegó al rescate… con una confesión poco habitual: “Me conoció y me dijo: ‘Solo tengo que decirte que no me gusta tu música, pero me caes muy bien’”, recuerda Blunt. “Y fue una conversación realmente agradable. Dijo: ‘La música distinta es para personas distintas, y eso es lo bonito de la música’. Contó que su esposa es una gran fan, y su hijo también. Dos de tres en su familia, no está nada mal“.
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Y quizás esa escena diga más del músico británico que mil entrevistas. A sus 51 años, Blunt ha cultivado una carrera tan singular como duradera. Aunque su carta de presentación, You’re Beautiful (2005), lo volvió una figura global, y también, paradójicamente, objeto de burlas, hoy es un artista en paz con su historia.
“En Estados Unidos, sí soy (un one-hit wonder). Pero tienes que entender: estoy feliz con eso, porque, como puse en mis redes sociales, con un hit basta”, señala con su característico ingenio. “Me han llamado ‘artista de un solo éxito’ personas que no han tenido ninguno. Así que estoy encantado con eso”.
Una canción, una reputación y el orgullo de no gustarle a todos
Este junio, Blunt iniciará en Norteamérica la etapa más nostálgica de su gira: el tour del 20º aniversario de Back to Bedlam, álbum debut que lo catapultó desde el anonimato hasta llenar estadios. Una historia que podría no haber ocurrido, como él mismo ha contado, debido a los rechazos que sufrió en el Reino Unido por su acento y su origen social.
“Había sido rechazado por todos los sellos del Reino Unido por cómo hablo, por estos problemas de clase social que existen aquí. Pensaban que nadie se iba a sentir identificado conmigo. Y quizá tenían razón”, reflexiona.
Todo cambió en 2003, durante un modesto show en el festival South by Southwest. Linda Perry, fundadora de Custard Records, se cruzó con su voz y su vulnerabilidad. “Se acercó con todo, y esa noche salimos y nos emborrachamos”, cuenta Blunt, resumiendo un giro de destino que marcaría su vida.
Con los años, ha aprendido a reírse de su propia leyenda. De hecho, su cuenta de X (antes Twitter) se ha transformado en un espacio donde su humor autocrítico brilla. “Creo que siempre he sido medio tonto. Probablemente en esas entrevistas hablé demasiado en serio porque la música era lo único que me tomaba en serio. Y ahora he aprendido que eso no es lo mejor. Sigo tomándome en serio mi música, pero ya no hablo de ella con solemnidad“.
Sin embargo, cuando habla de You’re Beautiful, no hay lugar para la ironía. “Amo esa canción. Me alegra muchísimo haberla escrito”, dice. “Estoy en una casa preciosa ahora gracias a ella. Tú y yo estamos teniendo esta conversación gracias a ella. Para mí, es la canción por la que siempre seré conocido. Nunca podré superarla”.
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