Han pasado más de cuatro años desde que el príncipe Harry y Meghan Markle decidieron alejarse de la vida real en el Reino Unido. Sin embargo, ese adiós que parecía marcar el inicio de una nueva etapa se ha transformado en una disputa constante por uno de los aspectos más sensibles de su vida familiar: su seguridad.
La semana pasada, el duque de Sussex regresó a Londres para asistir a una nueva audiencia judicial en el Royal Courts of Justice, en la que se revisa la remoción de la protección policial financiada por el Estado que le fue retirada en 2020, cuando él y Meghan renunciaron a sus deberes como miembros activos de la familia real.
Concentrado, tomando notas y siguiendo atentamente cada intervención, Harry dejó en claro que no es un espectador pasivo de esta historia. Al salir del tribunal, el príncipe fue directo. “Mis peores temores se han confirmado con toda la información legal revelada en este caso, y eso es realmente triste”, declaró a People.
Y es que el conflicto tiene raíces profundas. Cuando la pareja propuso a la reina Isabel II vivir fuera del Reino Unido, pero seguir representando a la monarquía, creían haber encontrado una salida armónica. “Estábamos tratando de crear un hogar feliz”, recordó Harry.
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La reina, en cartas presentadas como evidencia judicial, manifestó su apoyo a que ambos contaran con una “seguridad efectiva”. No obstante, un mes después de la reunión en Sandringham en enero de 2020, el comité gubernamental RAVEC comunicó que ya no contarían con dicha protección.
Desde entonces, Harry ha profundizado en el funcionamiento de este organismo y sostiene que la decisión de quitarles la seguridad no fue casual: la interpreta como una forma de presión para forzarlos a regresar. Una estrategia de control que, lejos de acercarlo a su familia, terminó por marcar una ruptura definitiva. “Fue difícil de digerir”, admitió.
En la audiencia, su equipo legal denunció que RAVEC se apartó de sus procedimientos normales. Dejando a Harry expuesto a un trato “distinto, injustificado e inferior” al de otras figuras públicas incluidas en la categoría Otros VIP, como estrellas del pop y ex primeros ministros.
Un punto sensible es que RAVEC incluye a miembros del entorno más cercano del rey Carlos III. Harry considera que su padre podría intervenir y revertir la decisión. Pero desde el Palacio de Buckingham han señalado, sin mayores detalles, que “es completamente incorrecto” afirmar que la seguridad de Harry esté bajo el control del monarca.
Pese a todo, Harry no baja los brazos. En enero de este año, logró que el editor del tabloide The Sun admitiera actividades ilegales cometidas en su contra, obteniendo una compensación millonaria.
Pero en esta batalla, hay algo más profundo en juego: el resguardo de su familia. “La gente se sorprendería de lo que se está ocultando”, afirmó. “Esta siempre ha sido la más importante”, agregó al dejar el tribunal.
Mientras los jueces del tribunal de apelaciones se toman unas semanas para deliberar, Harry sigue adelante. Al día siguiente de la audiencia, voló a Ucrania para visitar una clínica que atiende a soldados y civiles heridos. Su impulso, dice, es el mismo de siempre: “Estoy impulsado por desenmascarar la injusticia”.
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