Denzel Washington ha sumado un nuevo y sorprendente título a su lista de logros: el de ministro. El icónico actor de Gladiador II fue bautizado en el Kelly Temple de Nueva York. Donde también recibió su licencia como ministro.
El actor, de 69 años, aprovechó la ocasión para reflexionar sobre su fe. “Me tomó un tiempo, pero finalmente estoy aquí”, dijo Denzel, según el arzobispo Christopher Bryant, antes de ser sumergido en el agua.
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Y con un mensaje inspirador, añadió: “Si (Dios) pudo hacer esto por mí, no hay nada que no pueda hacer por ustedes. El cielo literalmente es el límite“. Su esposa, Pauletta Washington, no pudo contener su orgullo.
“Cuarenta y seis años después, aquí sigo, de pie junto a él, como solo Dios lo quiso“, expresó emocionada. Mientras Denzel, sentado en los escalones del púlpito, parecía limpiarse las lágrimas.
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“Así que estoy muy orgullosa de ti. Eres la cabeza de nuestro hogar y has sido un gran ejemplo para nuestros hijos, que ahora son adultos. Y saben la diferencia porque nosotros les hemos mostrado la diferencia“, añadió Pauletta.
Este paso en su fe llega poco después de que Denzel hablara sobre la religión y su lugar en Hollywood. En una entrevista con Esquire en noviembre, dejó claro lo importante que es para él mantenerse fiel a sus creencias.
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“Cuando me ven, ven lo mejor que pude hacer con lo que mi Señor y Salvador me ha dado. No tengo miedo”, señaló. Y aunque reconoce que expresar estas opiniones en Hollywood puede no ser “popular”, Denzel está completamente en paz con ello.
“No me importa lo que piense nadie. Verán, hablar sobre el miedo, no puedes hablar de eso y ganar Óscares. No puedes hablar de eso y salir de fiesta. No puedes decir eso en esta industria”, confesó.
El ganador del Oscar no se detuvo ahí y añadió: “Ahora soy libre. No se habla de esto en esta industria. No está de moda. Pero eso no significa que la gente en Hollywood no crea“.
Para Denzel, el concepto de “Hollywood” como algo unificado no existe: “¿Qué significa eso? Para mí, significa una calle llamada Hollywood Boulevard. No es como si todos nos reuniéramos en algún lugar y discutiéramos en qué creemos”.
