Después de años de intensos trabajos de restauración tras el devastador incendio de 2019, la catedral de Notre Dame de París volvió a abrir sus puertas el pasado sábado, reuniendo a figuras de todo el mundo en un evento que combinó solemnidad, historia y hasta una pizca de glamour.
Entre los asistentes destacaron unos cuarenta dirigentes internacionales, celebridades, empresarios, artesanos, bomberos y obreros que participaron en la titánica tarea de salvar este símbolo de la arquitectura gótica, construido en 1163.
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La ocasión marcó un código de vestimenta de “elegancia discreta”, aunque algunos detalles no pasaron desapercibidos. Brigitte Macron lució un bolso Lady Dior y un traje gris de la misma casa, el mismo que Carla Bruni vistió al reunirse con Isabel II.
Donald Trump sorprendió al cambiar su icónica corbata roja por una dorada, mientras que Volodymyr Zelensky optó por su característico atuendo militar. Ashley Biden, en cambio, se desmarcó con un llamativo conjunto de montar.
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En el plano femenino, Salma Hayek destacó con un elegante abrigo verde oscuro y un collar de tres hilos de perlas, mientras que la soprano Pretty Yende deslumbró en un vestido de alta costura de Dior, creado en 850 horas de trabajo.
Sin embargo, las verdaderas estrellas de estilo fueron los trajes litúrgicos diseñados por Jean-Charles de Castelbajac para la ceremonia de inauguración y la misa del día siguiente.
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Conocido por su pasión por los colores y referencias celestiales, el diseñador francés, quien ya vistió al papa Juan Pablo II en los años 90, creó prendas que fueron lucidas por un total de 700 celebrantes, incluyendo al arzobispo, obispos y diáconos.
“La luz y su resplandor guiaron mi proceso creativo, y pensé en el brillo del color sobre la piedra rubia de Notre Dame de París”, explicó Castelbajac. “Mi trabajo se ha centrado en el ritmo cromático y la fuerza del oro”.
Para esta colección única, el diseñador apostó por materiales exquisitos: satén de lana francés y una lana escocesa en color marfil que evocan las tonalidades de las piedras de la catedral.
Castelbajac trabajó en colaboración con prestigiosos talleres artesanales como el Atelier Paloma, el centro de artesanía de Chanel 19M, y el legendario taller de bordados Lesage, encargado de la cruz dorada de las vestiduras.
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Los detalles no terminan ahí: las cruces de la capa arzobispal fueron confeccionadas por el taller Montex, y las 192 mitras de obispos y cardenales, por Maison Michel.
