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Llegó descalza a Nueva York en 1930, proveniente desde Escocia, y terminó casada con un millonario. Mary Anne MacLeod Trump es la madre del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Para sorpresa y disgusto de muchos, Donald Trump vuelve a la Casa Blanca, tras arrebatarle las elecciones presidenciales a la demócrata Kamala Harris. A sus 78, el polémico republicano, padre de cinco, vuelve a convertirse en Presidente de Estados Unidos. Y si bien mucho se se sabe sobre su entorno familiar y negocios, la historia de su madre es más bien desconocida por muchos.
Dicen que la trataba literalmente como una reina, y que incluso la sentaba en una silla dorada cuando había visitas. Siempre se refirió a ella con elogios y, según él mismo, lo convirtió en el hombre que es.
Mary Anne MacLeod fue una inmigrante escocesa que llegó a Nueva York con 50 dólares en el bolsillo. Su humildad era tal, que no tenía zapatos. Sin embargo, el destino la llevó a convertirse en una figura respetada de la alta sociedad y en la madre de un futuro presidente de Estados Unidos, dos veces.
En sus memorias, Donald Trump confiesa su admiración por su madre, quien, decía, era feliz dueña de casa que nunca se quejó de que su marido, Fred, nunca estuviera en casa, quien se dedicaba a la promoción inmobiliaria. “A su manera, era tan dura, testaruda y ambiciosa como su marido”, describe Michael D’Antonio, biógrafo del presidente recién electo.
De acuerdo al relato, la personalidad de Mary Anne, dice mucho de la de su hijo. Donald Trump decía que era “silenciosamente competitiva” y que tenía un “gran espíritu de lucha, como Corazón Valiente”.
Ahora bien, Trump no la menciona en la biografía de su página web. Y si bien, en su calidad de inmigrante, podría haberlo usado a su favor en la campaña, jamás la ha mencionado.
Debido a una mala situación económica, Mary Anne, al igual que sus tres hermanas, decidió apostar por una nueva vida en Norteamérica. La joven llegó a la Gran Manzana en 1930 y debido a la postura de Trump sobre la inmigración ilegal, más de alguien lo ha sacado a relucir. Sin embargo, todo indica que lo hizo de forma legal.
Llegó a vivir a Long Island con 50 dólares, junto a su hermana mayor, Catherine, que había huido de Escocia por los prejuicios de haber tenido un hijo fuera del matrimonio. Una vez en Estados Unidos, Mary Anne trabajó como sirvienta durante cuatro, hasta que Catherine le presentó a Fred Trump en un baile, un constructor neoyorquino algo rudo y trabajólico. Años antes, Fred había sido detenido en una runión del Ku Klux Klan. Tras conocer a Mery Anne, volvió a casa y dijo a sus padres que había conocido a su futura esposa.
El matrimonio llegó rápido, se casaron en 1936 y se fueron de luna de miel a Atlantic City, por un día, ya que tenía que volver a trabajar.
Por su parte, Fred Trump hizo una fortuna con el boom inmobiliario posterior a la guerra. Y construía edificios de arriendo barato, pero que no podían ser ocupados por afromericanos.
Una vez que alcanzaron un importante estatus económico, se fueron a vivir a una mansión de 23 habitaciones en el lujoso barrio de Jamaica Estates, en Queens. Él se movía por la ciudad en un Cadillac, mientras que Mary Anne lo hacía en un Rolls-Royce con chofer.
Mary se nacionalizó estadounidense en 1942, tuvieron cinco hijos, aunque el mayor de los tres, Fred Jr, murió en 1981. Fred, era una padre exigente y autoritario que imponía toques de queda a sus hijos, no les permitía tener mascotas, decir garabatos o comer entre horas.
Si en algo coincidían, era en el ahorro. Y es que el pasado humilde de Mary Anne era parte de su ADN. Algo que, dicen, intentaron traspasar a sus hijos. Y ella misma era la encargada de recoger las monedas de las lavadoras en los edificios que manejaban.
Ivana y Donald Trump
En sus memorias de 1997, Donald Trump confiesa que el sentía haber “crecido en una familia muy normal” y en la que “la agresividad, el deseo sexual y todo lo que conlleva estaban en la parte del hombre, no en la de la mujer”. Y sobre su madre dice que estaba “cautivada por la pompa y circunstancia, toda la idea de la realeza y el glamour”, recordando que en 1953 se sentó frente al televisor todo el día para ver la coronación de la reina Isabel II.
Eso sí, Mary Anne no tuvo problemas en mostrar su desaprobación por los comportamientos reprochables de su hijo. Quien en 1990, se separó de su esposa Ivana tras tener una aventura con la modelo Marla Maples. Mary Anne fue a la celebración del cumpleaños de Ivana y leyó un poema para ella, asegurando que Ivana “siempre será un miembro de nuestra familia”.
Un año después, la madre de Trump, de 79 años, fue asaltada brutalmente en la calle tras pelearse a golpes con el asaltante.
Mary Anne nunca olvidó de donde venía y viajó a Escocia más de veinte veces antes de fallecer en 2000, un año después de su marido Fred.
