Este mágico destino no sólo fascina por sus imponentes moáis y paisajes volcánicos, sino también por una cultura viva que se siente en cada rincón. Desde experiencias gastronómicas únicas hasta rituales ancestrales, exploramos las tradiciones y propuestas innovadoras de este lugar.
Rapa Nui, con paisajes verdes intensos y cielos interminables, esta isla es el hogar de una cultura que ha sobrevivido aislada durante siglos. Al caminar entre sus moáis y explorar sus volcanes, te das cuenta de que cada detalle cuenta una historia antigua, aún viva en el corazón de sus habitantes.
Conoceremos el Hotel Nayara Hanga Roa. Exploraremos sus propuestas culturales, la cena colaborativa que une lo local con lo internacional y caminaremos junto a Tiko, un guía local por los rincones más significativos de la isla. Para cerrar, bailaremos junto al Kari Kari y comeremos en uno de los restaurantes más antiguos de la isla.
HOTEL NAYARA HANGA ROA, UN REFUGIO DE BUEN GUSTO
Situado en la gran “Bahía Larga”, Nayara Hanga Roa se inspira en las antiguas hare paenga, las casas tradicionales rapanui de forma alargada, con paredes de piedra y techos cubiertos de pasto. El diseño del hotel busca fusionarse con el entorno natural, respetando la tierra volcánica de la isla y utilizando materiales locales como la piedra y la madera, es un refugio que te conecta con la esencia de Rapa Nui.
Jorge Torres, gerente general, asegura que la hospitalidad de Nayara va más allá del lujo, ofreciendo a sus huéspedes una conexión profunda con la cultura de la isla. “Queremos que cada visitante sienta que, más que una estancia, se lleva consigo un pedazo del alma de la isla”, agrega. Nayara es el punto de partida ideal para explorar la historia y la riqueza cultural que hacen de Rapa Nui un lugar único en el mundo.
NUEVAS PROPUESTAS GASTRONÓMICAS
Las cenas especiales en Nayara Hanga Roa comenzaron con la visita del chef español Sergio Barroso, reconocido por su trabajo en Olam Restaurante en Santiago, y desde entonces han marcado el camino para nuevas colaboraciones. Barroso, junto al chef ejecutivo Sebastián Medel, trabajó con los productos frescos de la isla para crear una propuesta gastronómica única, fusionando técnicas internacionales con ingredientes locales.
El plato que se robó todas las miradas fue el remo remo, un pescado autóctono mari- dado con una sopa pho vietnamita, logrando una fusión exquisita entre las tradiciones locales y las influencias internacionales. Sebastián Medel, chef ejecutivo, destacó la importancia de estas colaboraciones: “Para nosotros, es una oportunidad de aprender nuevas técnicas y de compartir nuestra cultura a través de la cocina. Cada cena es una forma de honrar lo que la isla nos da”.
Jorge Torres añade: “Queremos que nuestros huéspedes no sólo disfruten de una comida, sino que se lleven una experiencia completa, conectada con la cultura de la isla”.
ŪMU HATU, UN RITUAL DE BUEN AUGURIO
Nayara ofrece para sus huéspedes la ceremonia del Ūmu Hatu, un ritual ancestral que conecta a los participantes con las energías de la tierra y los ancestros. Dirigido por Pau Hitorangi, descendiente de una de las familias más antiguas de la isla, este ritual de cocción bajo tierra, con piedras volcánicas, simboliza prosperidad y buen augurio.
El menú incluye pollo blanco relleno de ha’ā, taro y kuma, acompañado de piña, a’uke (alga autóctona), taro, camote y papaya semimadura. También se sirve el tradicional poe, una mezcla de plátano y mantequilla cocida bajo tierra.
Sus huéspedes tienen la oportunidad de sumergirse en las tradiciones isleñas a través de sus presentaciones de bailes tradicionales. Dos veces por semana, los bailarines, los trajes, los cánticos y la energía del grupo transportan a los asistentes a tiempos antiguos.
RECORRIENDO LA ISLA CON TIKO
El recorrido con Tiko Alarcón comienza en Ahu Tongariki, donde los moáis se alinean frente al océano, recibiendo los primeros rayos de sol en un amanecer inolvidable. Desde allí, se continúa hacia el volcán Rano Kau, cuyo cráter y lago interior ofrecen vistas que capturan la esencia volcánica de la isla.
El siguiente destino es Rano Raraku, la cantera donde se tallaron los moáis. Aquí, las esculturas inacabadas parecen contar la historia de una civilización que dejó su trabajo detenido para que el tiempo lo conserve.
Después, se hace una pausa en Anakena, la famosa playa de arenas blancas, donde el mar y las palmeras ofrecen un descanso antes de finalizar el día en Tahai, con uno de los atardeceres más espectaculares, donde los moáis parecen vigilar el horizonte.
Tiko, quien es parte del team de guías de Nayara Hanga Roa, nos comparte su perspectiva sobre la relación entre el turismo y la preservación. “Nosotros no necesitamos del turista,” me dijo, reflejando el recelo con el que los isleños protegen su patrimonio. Si bien el turismo es vital para la economía, la prioridad de los rapanui es proteger su tierra y su cultura, buscando un equilibrio entre desarrollo y preservación.
KARI KARI, EL ALMA DE LA DANZA POLINÉSICA
El espectáculo del Kari Kari Ballet Polinésico es una experiencia energizante. Ver a los bailarines en acción, con sus trajes tradicionales y movimientos precisos, es un viaje a través de las leyendas y mitos de Rapa Nui. ¡Mágico!
Recuerdo la primera vez que asistí al Kari Kari. Fue hace varios años, cuando escuché por primera vez el original Sau Sau, canción que habla del amor y que, siendo honesto, siendo chileno, me ha emocionado desde la niñez con su representación de la isla en el continente.
Un consejo: llega temprano para conseguir un buen lugar y pide tus cócteles antes de que comience el show, ya que el ambiente tiende a llenarse rápido. Después del espectáculo, si quieres seguir disfrutando del ritmo, las discotecas locales Pikano o Piriti son los lugares ideales para continuar la noche.
LA COMIDA LOCAL EN TE MOANA
Finalmente, en nuestro recorrido por la isla, no podemos dejar de mencionar su gastronomía. Te Moana, un restaurante ubicado frente al océano, ha sabido capturar los sabores de la isla. Dirigido por la chef Carolina Edwards Rapu, este lugar se ha convertido en un referente con veinte y dos años gracias a su mezcla de la tradición polinésica con influencias contemporáneas.
Uno de los platos más emblemáticos es el ceviche de atún con leche de coco, una receta que recoge lo mejor de la cocina local. “Cada plato lo hacemos con mucho cariño,” nos cuenta Carolina, quien junto a su equipo transforma lo sencillo en delicioso. Con las olas rompiendo a pocos metros, es el cierre perfecto.
No puedo cerrar sin agradecer a mi “Taina” Mahina Teao, quien siempre me ha brindado tanto cariño, haciéndome sentir como un local. Una referente de Rapa Nui y por supuesta una querida amiga.