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Las comedias románticas suelen ser demasiado perfectas para ser verdad, pero eso no aplica a Nadie quiere esto, la exitosa nueva serie de Netflix que lleva más de una semana dando de qué hablar.
La historia sigue la relación entre Joanne, interpretada por Kristen Bell, y Noah, encarnado por Adam Brody. La serie está basada en la vida real de la creadora del show, Erin Foster, quien se inspiró en su propio romance.
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“Este show está basado en la única buena decisión que he tomado: enamorarme de un buen chico judío”, le dijo Foster a Netflix Tudum sobre su esposo, Simon Tikhman, con quien se casó en 2019.
“Pero me di cuenta de que ser feliz es mucho más difícil que ser miserable, no hay de qué quejarse. Así que creé este show basado en todas las formas en que encontrar a la persona correcta puede ser tan difícil“.
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Desde su estreno el 26 de septiembre, la serie ha escalado rápidamente en el Top 10 de Netflix, reviviendo la nostalgia por Seth Cohen, el icónico personaje de Brody en The O.C..
La serie también ha llevado a muchos a declarar que las comedias románticas han regresado con fuerza. Sin embargo, en su esencia, el show es un tributo a la relación entre Foster y Tikhman.
“Estoy obsesionada con Simon, él es mi musa. Y este show es como una carta de amor para él”, dijo Foster a LA Times. Y aunque Tikhman es judío, no es rabino. De hecho, cofundó una compañía de gestión musical, según The Times.
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Sin embargo, está muy conectado con su religión y cultura, y Foster recordó que durante una de sus primeras salidas en 2018, él le dijo: “Quien sea que me case tiene que ser judía”: un desafío para Foster, quien se consideraba agnóstica.
Además de las diferencias religiosas, la pareja también tuvo que enfrentar contrastes culturales. “Y no se trataba solo de ser judío o no judío”, explicó Foster a Harper’s BAZAAR.
“Simon proviene de una familia de judíos rusos que huyeron de la Unión Soviética por ser judíos. Sus padres han estado casados por más de 40 años”. Mientras tanto, su hermana Sara y ella vienen de otra realidad.
Según reveló Foster, ellas vienen de una familia de Los Ángeles “muy centrada en la industria del entretenimiento, con muchos matrimonios y divorcios”. Foster es hija del músico David Foster y la modelo Rebecca Dyer.
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Foster decidió convertirse al judaísmo, un proceso de 10 semanas en la Universidad Judía Estadounidense. “Parte del proceso de conversión fue que yo tenía que ir con ella cada martes por la noche durante cuatro horas“, dijo Simon.
“Fue probablemente lo más gratificante que he hecho como judío. Fue un momento de mucho orgullo para mí”, reveló el esposo de Erin en el podcast de las hermanas, The World’s First Podcast. La pareja se casó en 2019.
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Este proceso de conversión también fue una fuente de inspiración para el show. Después de que los rabinos cuestionaran las intenciones de Foster, ella comenzó a escribir sobre su experiencia y terminó vendiendo la serie a Fox.
Sin embargo, su esposo, más reservado, se mostró sorprendido y “entró en pánico de inmediato” cuando se enteró. Afortunadamente, ahora está más tranquilo con la idea.
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