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Andrés Caniulef (47) es el séptimo reclutado para “Palabra de honor”, el próximo reality show de Canal 13, donde personas incorregibles serán sometidas a una estricta academia militar. En agosto, el periodista fue desvinculado de Mega después de dos años, donde se le vio en el matinal “Mucho Gusto” y “Meganoticias”.
“Si no salía de Mega ese día, no hubiese estado acá, así de perfecto ha sido todo. ¿Qué fue lo que pasó? No lo sé, no quiero saber, a estas alturas me da igual… este es el inicio de una nueva etapa en mi vida”, reflexiona el comunicador.
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Entrar a un reality nunca fue su sueño o su interés, pero después de dos llamados aceptó. Una de las razones que lo motivó fue la relación con su papá. ¿La razón? “Tengo la posibilidad de demostrarle a mi papá que todo lo que él quiso para mí siempre estuvo en mí, y hoy tiene razones de sobra para estar orgulloso de su hijo”, admitió.
El papá del periodista es militar y él divide su infancia en dos. Al comienzo su relación con él fue muy cercana, muy cariñosa, motivo de orgullo. “Mi segunda infancia empiezo a tomar conciencia y por alguna razón tomé mucha distancia de él, que tiene que ver con el mundo cristiano y con la jerarquía militar, como rechazar eso, a pesar de que mi formación y lo que yo soy hoy día viene de ahí, es decir, los valores, la forma y lo correcto que funciono. Todo eso lo heredé de mi papá y a él también le debo todo lo que soy y el profesional que llegué a ser”, resume.
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Andrés Caniulef reconoce que esa distancia se debía a su sexualidad por no saber cómo explicar lo que estaba viviendo y además por el posible rechazo de su papá. “Que quizás no cumpliera con sus cánones o con lo que él anhelaba, que era este hombre que podría haber heredado su capacidad militar. Todo eso me hizo generar un miedo, un rechazo y una aversión a todo lo que eso significaba, cuando a mí en realidad eso siempre me gustó. Mis juguetes de infancia siempre fueron soldaditos de plomo”, reconoce.
¿Qué dijo su papá sobre su entrada al reality? Su primera reacción fue: “¿Estás seguro?” Después de eso, le encantó la idea. “Alucina porque le cumplo con algo que siempre anheló. “Él me ha enseñado a cómo pararme y saludar. En términos de forma, ya estoy claro (ríe). Mi papá era de esos odiosos que te despertaba a las 7 de la mañana del domingo con una Diana”, recuerda Caniulef.
