Beber demasiado agua es posible y lo cierto es que no es beneficioso. ¿Cuánta agua es demasiada?
Cuando se habla de los secretos de belleza hay dos que suelen repetirse: el buen dormir y beber agua. Y si bien mantenerse hidratado es clave, hacerlo en exceso es tan peligroso como en defecto. A esto se le llama sobrehidratación o intoxicación por agua. Entonces, ¿cuánta agua deberíamos tomar al día?
Siguiendo las tendencias de TikTok, hoy pareciera ser que ninguna influencer de bienestar sale de su casa sin su vaso gigante. Y cabe destacar que no tiene nada malo, porque tomar agua mantiene el cuerpo en buen funcionamiento y, efectivamente, aporta nutrientes a las células, elimina residuos, protege los órganos y mantiene la temperatura corporal.
Sin embargo, también puede ocurrir que el cuerpo tenga más agua de la que puede eliminar.
Sí y beber demasiada agua en poco tiempo puede alterar los niveles de electrolitos del organismo. Estos últimos, minerales que adquieren carga eléctrica cuando se disuelven en agua. Y los que contribuyen a regular las reacciones químicas del organismo, tales como ayudar al funcionamiento correcto de músculos y nervios. Además, mantienen el equilibrio de líquidos dentro y fuera de las células, teniendo un papel fundamental en la hidratación.
Cuando sudas u orinas, no solo pierdes agua, sino también electrolitos, entre los cuales encontramos sodio, potasio y magnesio.
Desde la vereda extrema, beber agua en exceso puede desequilibrar el organismo y provoca una disminución de sodio en el cuerpo lo que satura a los riñones. Algo que ocurre por no contar con suficientes electrolitos, alterando la correcta eliminación del agua.
Ahora bien, los expertos coinciden en que se trata de una condición extrema. Beber demasiada agua ante un evento deportivo de resistencia o personas que toman medicamentos que pueden influir en esto.
Lo complicado recae en que muchos síntomas de la sobrehidratación se parecen a los de la deshidratación, entre ellos, mareos, dolor de cabeza y confusión. Por lo mismo, los expertos sugieren guiarse por una regla muy simple: el color de la orina. Amarillo oscuro requiere de más agua, y la muy clara puede indicar que has bebido demasiado. Eso sí, si presentas sed excesiva será mejor consultar con un profesional.
Aquí es donde recae la clásica respuesta del “depende” y es que se debe considerar edad, peso y nivel de actividad. Pero la recomendación es ocho vasos al día, sin embargo, hay quienes pueden necesitar un poco más.
Además, el agua obtenida de frutas y verduras también ayuda a la ingesta diaria. De ahí la importancia de llevar una dieta variada y rica en alimentos hidratantes. a su vez, la época del año influye. Si hace calor se debe beber un poco más debido al exceso de sudor.