Cada año nuevo trae consigo que una lista de propósitos. Ya sea física o simplemente mental, decimos con bastante vehemencia que haremos ciertas cosas de todo los ámbitos. Desde leer un libro al mes, a ser más pacientes o empezar a hacer ejercicio. Sin embargo, a veces los grandes cambios deben comenzar por pequeñas metas, las que pueden parecer poco trascendentales, pero son muy poderosas. Esto, porque eres capaz de lograrlas.
Suele ocurrir que no sabemos ponernos objetivos y está demostrado que más de la mitad de propósitos de Año Nuevo se abandonan a las 4 semanas. Un triste y corta historia, ¿cierto? Y el problema radica en algo muy simple, solemos proponernos cosas a largo plazo.
Uno de los clásicos es hacer más deporte. Pero levantarnos a las 6:30 am todos los días para ello, puede ser una tortura para el cuerpo, de ahí el fracaso. Por lo mismo, los expertos sugieren primero prepararnos para dichos retos.
La clave para superar las perezas, dice Rangan Chatterjee (autor de Feel Better in 5 (tu plan diario para sentirte bien de por vida), es hacer que los hábitos sean tan fáciles que los hagamos en modo automático. El autor afirma que tomar decisiones agota a nuestro cerebro, y por ello el 50 % de todo lo que hacemos son cosas que se hacen inconscientemente. Un ejemplo, cuando enciendes la cafetera por la mañana. Y el truco de este médico británico para generar nuevos hábitos es unir a esas acciones automáticas las nuevas. Por ejemplo, “en vez de mirar las redes sociales, hacer 5 flexiones mientras se calienta el café”, explica. Así, algo tan sencillo que haces a diario dará como resultado 1.825 flexiones en 2024.
Si partes con la meta demasiado alta, te encaminas al fracaso, pero si pones una meta normal, te preparas para el éxito. Así lo asegura B.J. Fogg, neurocientífico, autor de Tiny Habits (Hábitos Mínimos) y director del Laboratorio de diseño de comportamiento de Stanford. Para él son los pequeños hábitos los que te llevan a grandes cambios. Y afirma que a los 5 días esos pequeños gestos ya empiezan a coger adherencia. “Si haces dos abdominales cada mañana, deja ahí el listón, si un día quieres más, fenomenal, pero que el listón siga estando en dos”.
Se dice que estamos en la era de la salud mental, y muchas personas acuden a terapia. Y es que los expertos coinciden en que ir a terapia es un ejercicio de responsabilidad para entendernos mejor y no cargar a los demás con problemas que no le corresponde resolver a otros. Aunque sea un mes hablar con un profesional de la salud mental siempre es positivo.
Hace algunas semanas hablábamos del hecho de que aprender cosas nuevas tiene múltiples beneficios para el cerebro y la salud mental. Por lo tanto, no solo ayuda a sentirnos más plenos ya que también sirve para evadir la soledad, sino también ayuda a prevenir problemas neurodegenerativos de la edad, como el Alzheimer, donde el aprendizaje es básico en su tratamiento y prevención.
William MacRaven, antiguo almirante de los Navy SEALS (y responsable de fin de Bin Laden) pronunció en 2014 un célebre e inolvidable discurso en el que hablaba de la importancia de hacer la cama a diario. Según él, la simple acción de estirar cuidadosamente las sábanas y colocar las almohadas en su lugar correcto, lo hacía sentirse orgulloso y estimulaba para seguir realizando otros trabajos.
“Hacer la cama es una forma de recordar la importancia de los pequeños detalles de la vida. Si no son capaces de hacer bien las pequeñas cosas, tampoco serán capaces de hacer bien las grandes. Por otra parte, si su día ha sido horrible, al menos, cuando vuelvan a la cama, la encontrarán hecha con la promesa de que mañana será mejor. Si quieren cambiar el mundo, empiecen por hacer la cama”. Ya sea hacer la cama, limpiar la cafetera o recoger la ropa sucia, proponte una pequeña rutina inamovible que te hará sentirte mejor, mejorará tu voluntad, y tu casa lo agradecerá.
Dicen que no perdonar es como tomar cianuro y esperar que sea el otro quien enferme. Y hablar de los beneficios del perdón es muy fácil, pero en la práctica, no siempre es algo simple, sobre todo, cuando ese algo o alguien nos afecta a nivel visceral. De ahí lo humano y bonito de hacerlo. Es bueno para tu salud mental y corporal.
De acuerdo a un estudio de la revista Journal of Behavioral Medicine, el perdón se asocia con una mejor salud cardiovascular, alivio del estrés y mejora del sistema inmunitario. Ahora bien, si no te ves preparado para asumir ese reto, elige otro y empieza a practicar. No tiene que ser una persona, puede ser un lugar.
Dicen que “la prisa mata y el ruido también”. En la actualidad, múltiples estudios coinciden en la cantidad de horas que pasamos frente a las pantallas. Y lo peor de ese dato recae en que es una opción nuestra, porque nadie te obliga a pasar horas en Instagram o TikTok. Son elecciones personales, por lo que hay un margen a disposición del cambio.
Hay expertos que recomiendan estar al menos diez minutos en silencio y escuchar a nuestro cuerpo. Y es que si bien no podemos combatir con el ruido y ritmo de afuera, si podemos compensarlo.
En conclusión, un nuevo rumbo no siempre tiene que ver con cambios de trabajo, pareja o país. Elegir pequeñas cosas para cambiar, puede traernos grandes cambios.