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Por Camila Muñoz
En este pequeña isla se encuentra el último destino de moda para los amantes del caribe. St. Martin lo tiene todo: playas, relajo, lujo, vida nocturna y una gastronomía que encanta a sus visitantes por su fusión europea- caribeña, única de este lugar.
Más de 30 playas componen a este paraíso caribeño, situado en en el noreste del Mar Caribe y que se ha convertido en uno de los destinos de moda de celebridades a nivel mundial, y ahora último, de los chilenos.
Por sus veredas, circulan celebrities de la talla de Rihanna, Queen Latifah, Eddie Murphy o Naomi Campbell, conduciendo o tomando cerveza por los bares, al tiempo que por los aires se pueden ver jets privados que sobrevuelan las playas de este diminuto territorio.
Y es que esta singular Isla se divide en dos zonas: la parte francesa de St. Martin y la parte holandesa (llamada Sint Marteen). Cuenta la leyenda, que en 1648 se les pidió a dos soldados – uno holandés y uno francés – que partieran de un mismo punto y caminaran rodeando la isla, el que lograra dar más pasos, ganaría más territorio. En su mochila llevaban: un vino el francés y un ron el holandés. Al andar, ambos recurrieron a sus guarniciones, saliendo el soldado galo favorecido del bajo grado alcohólico de su brebaje por lo que logró hacer un trayecto más largo que su par, otorgándole mayor territorio al ala francesa de St. Martin.
Además de sus 37 playas, St. Martin ofrece a sus visitantes la opción de visitar tres destinos en un día: Anguila y San Bartolomé, a unos 25 y 45 minutos de distancia en bote, respectivamente, y por supuesto la ínsula. “Es un destino que podemos decir es tres de cuno: puedes estar en St. Martin, tener tu hotel ahí y pasar el día en Anguila y ver algo totalmente distinto, porque es colonia inglesa y manejan al otro lado y regresar en la noche al hotel. Puedes hacer lo mismo en Bartolomé, donde puedes salir a las 9 am y regresar en la tarde”, cuenta Emile Luisy, gerente de mercado en la oficina de turismo de Saint Martin (Lado francés de la isla) para la región de Latinoamérica y Brasil.
Para quienes prefieren los formatos exclusivos y la desconexión, los isleños ofrecen arriendo de botes para grupos reducidos para pasar el día nadando en las aguas del caribe, regresando durante la tarde. Todo, acompañado de su clásica bebida y la única producida en la Isla, el Guavaberry: un elixir similar al ron, elaborado con frutas silvestres de las colinas de la Isla llamadas Guavaberries, añejado en barricas de roble y que es toda una tradición en las fiestas del lugar.
El turismo gastronómico es otro de sus atractivos: food trucks, comida del mar y una fusión entre cocina francesa y Creolé, en los más de 300 restaurantes repartidos por toda la isla, atraen a los turistas que buscan darle a su paladar nuevas sensaciones. “Una de las principales atracciones es por supuesto la gastronomía. En Creole tienes muchas especias, que hacen la comida increíble en términos de sentidos y el gusto”, agrega Luisy.
Para los turistas chilenos que quieran visitar la parte francesa de St. Germain, hay vuelos a través de Copa (vía Panamá), American Airlines (vía Miami) y Arajet (Vía República Dominicana). Visa no es necesaria, y el dólar es la moneda más utilizada por los turistas para realizar compras. En cuanto a la hotelería, la oferta es variada, desde Villas para vacaciones familiares en las que se puede contratar servicios de chefs y babysitter, hasta hoteles de tres a cinco estrellas.
Si bien los idiomas oficiales son francés e inglés, el inglés es ampliamente hablado. Si bien hay taxis para moverse, la recomendación es arrendar un auto cuyo costo va desde los 40USD diarios. Además, no se necesita ningún tipo de documento para parar del lado holandés al lado galo de este territorio, ya que la frontera es más bien simbólica haciendo que todo sea un relajo en este paraíso del caribe.
