Por Lucy Willson
Su estilo inflexible en las salas de clases de su colegio en Londres ha dado esperanza a niños vulnerables, conectado familias en un lenguaje de respeto y, de paso, la han convertido a ella en la rockstar de lo definido, paradójicamente, como “nuevo progresismo” educacional.
Si ya es extrañísimo tener a una profesora como estrella en talk shows, matinales, además portadas de revistas y diarios, mucho más si el mérito por el que llega a tal protagonismo es porque ha sido elegida como la “más estricta” del país y su liderazgo ha significado el éxito académico y un ambiente de contención y respeto dentro de la comunidad educativa. Este es el caso de Katharine Birbalsingh (50), directora de un colegio en una de las zonas más vulnerables de Londres que ha logrado que sus alumnos ingresen a universidades de élite, adquieran buenos modales, traten con respeto a pares y adultos, además de, lo más importante, puedan soñar que el destino no está en las manos de otros, sino que ellos pueden definir su futuro.
En días en que los modelos de educación tienden a alejarse en la verticalidad en relaciones dentro del aula, como también a flexibilizar las reglas, el caso de lo que sucede en el Michaela Community School en la zona de Brent es una rareza. Las normas son claras: mantener silencio en los pasillos, celulares prohibidos en todo momento, levantarse y saludar cuando un adulto entre a las clases, aplaudir a profesores y pares en el casino para reconocer sus trabajos y logros, vestir de manera impecable el uniforme. Si a alguien le parece esto como la definición del propio infierno y un retroceso en el estilo de cómo llevar una escuela, no ha visto las filas de apoderados postulando por un esquivo cupo en este lugar. Y no van solos, también se ven a niños y jóvenes con todas las ganas de ingresar.
Birbalsingh es quien lleva las riendas y explica que una gran mayoría de sus estudiantes vive entre bandas criminales y, en ese entorno hostil y amenazante, han logrado mayor seguridad gracias a este “orden”, sienten un desafío en la exigencia académica “porque se cree en ellos” y ven con otros ojos el esfuerzo que hacen sus padres y apoderados, muchos de los que ni siquiera hablan inglés como primer idioma.
Por eso Katharine Birbalsingh lleva como una medalla de orgullo haber sido elegida por el diario The Times como “la profesora más estricta” de Gran Bretaña. Ella, además, sabe de los frutos que entrega el esfuerzo: siempre ha sido inmigrante (nació en Nueva Zelanda y se trasladó con su familia a Canadá) y de una minoría racial (mamá de Jamaica y papá indoguyanés). Llegó a Inglaterra de adolescente, ya que su padre empezó a dar clases en la Universidad de Warwick. Ser “outsider” y el amor por lo académico le dio su libertad. Estudió Filosofía y Lenguas Modernas en la Universidad de Oxford y siempre ha enseñado en Londres.
Hoy estrella en medio de la “cultura de cancelación”, el año pasado fue el centro de un documental “Britain’s Strictest Headmistress” (disponible en Vimeo) en el que describe las reglas de oro para educar a los niños, que incluyen no darles acceso a internet sin supervisión.
En esa producción deja clara su opinión a la crisis que se vive en miles de colegios en el mundo: les estamos fallando a los niños porque somos demasiado indulgentes, los maestros han perdido el control, los padres se han dado por vencidos, los estándares están en picada.
“Debemos alentar el deber, la obediencia. Que salga la victimización y que entre la gratitud”.
Su estilo ha hecho que distintos medios, incluido The Economist, hayan definido esta forma de educar como “el nuevo progresismo”.
Esta directora escolar alcanzó notoriedad pública en 2010 cuando frente al Partido Conservador, afirmó: “El sistema (educativo) no funciona porque mantiene pobres a los niños pobres”. Palabras desafiantes de la boca de una propia conservadora. Perdió su trabajo y allí partió a construir el proyecto del Michaela Community School. Desde el ejemplo los dejó callados, más cuando en 2020 fue reconocida por la medalla Comandante de la Orden del Imperio Británico (CBE) por la reina Isabel II.
En los pasillos de su colegio hay afiches que reafirman a los estudiantes: “Soy el AMO de mi destino”, “Trabaja DURO, sé AMABLE. Especialmente cuando es DIFÍCIL”.
No fuma, tampoco toma alcohol ni consume té o café. Sí tiene una adicción: Twitter, en la cuenta @Miss_Snuffy discute su mirada en educación. En esa plataforma ha dado luces de su renuncia a inicios de 2023 a la Comisión de Movilidad Social, puesto que le dio el gobierno británico. En entrevista con The Telegraph señaló que “llegó con demasiado equipaje” a ese rol y afirmó que su naturaleza sin censura le estaba haciendo a la comisión “más daño que bien”.
Polémica, muchos que tienen una visión más liberal han dejado de poner el foco en su posición políticamente más conservadora para centrar la atención en la metodología con la que ha logrado cambios y están atentos a sus consejos con los niños. A los profesores les solicita que “le demuestren a los niños que los aman, sonrían y rían con ellos”, también “dar una advertencia antes de cualquier castigo grave”, “digan lo que realmente quieres decir” y descansar, “acostarse antes de las 10 de la noche es simple y efectivo y no sólo beneficia a los maestros, sino a todos los adultos que trabajan”.