Cuando se estrena una película, solemos ver solo el resultado final. Sin embargo, para llegar hasta la gran pantalla, hubo meses de grabaciones y mucho trabajo. Extensas jornadas de grabación, alguno que otro cambio en el guión o diferencias en el método de trabajo, pueden provocar cierta tensión en el set. Y, como en cualquier trabajo, en algún momento esa presión explota.
Insultos, discusiones y rabietas, son parte del historial de aquellas estrellas que han reaccionado de forma violenta, terminando incluso en prisión debido al nivel de agresividad. A continuación, revisaremos algunos de los actores que han perdido la calma en el set.
En el último tiempo, Hugh Grant ha estado en la polémica debido algunas reacciones inesperadas. Uno de ellos, el desplante que le hizo a la modelo y entrevistadora Ashley Graham en la alfombra roja de los premios Oscars. Y más reciente, lo que se vivió en el set de Calabozos & Dragones: Honor entre ladrones. El protagonista reaccionó muy mal cuando vio a una mujer entrar en una de sus escenas. Y según lo que él mismo explicó, creyó que la intrusa era parte del equipo de producción y que se había metido erróneamente en la secuencia. Sin embargo, la mujer era un extra que estaba actuando.
“Perdí los estribos con una mujer en mi línea de visión el primer día. Supuse que era una ejecutiva del estudio que debería haberlo sabido mejor. Resulta que ella es una mujer local extremadamente agradable que fue la acompañante de la joven. Terrible”, comentó Grant a Total Film, asegurando que tras el hecho pidió disculpas.
Pero si de escándalos de set hablamos, Uma Thurman protagoniza uno de los más recordados, en pleno rodaje de Kill Bill. La actriz, acusó a su amigo y director, Quentin Tarantino, de querer matarla. Esto, ya que una de las escenas exigía que manejara un auto a gran velocidad, y ella tras escucha que el auto presentaba fallas se negaba a hacerlo. Pero Tarantino quería que se viera su pelo rubio ondeando a gran velocidad. “Te prometo que el auto está bien, es un vehículo seguro”, le aseguró el cineasta. Finalmente, ocurrió lo inevitable, perdió el control y se estrelló contra un árbol. “El volante estaba en mi estómago y mis piernas estaban atascadas debajo. Sentí un dolor abrasador y pensé que nunca volvería a caminar”, explicó la protagonista.
Luego de pasar unas horas en el hospital, Thurman volvió al set con cuello ortopédico y con las rodillas y cabeza lastimadas. “Quentin y yo tuvimos una gran pelea, yo lo acusé de tratar de matarme. Él se enfureció por eso, supongo que, comprensiblemente, no creía haber intentado matarme”, reveló la actriz. A raíz de aquel incidente, Uma se distanció por bastante tiempo de su amigo e incluso hubo una batalla judicial de por medio.
Dicen que cuando Hugh Grant tuvo su momento de ira, luego dijo dijo: “Hice la gran Christian Bale”, refiriéndose precisamente a una rabieta que el actor protagonizó en el set de Terminator: La Salvación, la cual se viralizó en todo el mundo. En 2009 el artista fue captado por la cámara despotricando y lanzando una serie de improperios contra el director de fotografía, Shane Hurlbut. Según cuenta, el hombre pasó por detrás de la escena que Bale grababa con Bryce Dallas Howard y, sin querer, lo desconcenttró. En el video, se puede ver al actor gritando “¡¿Te rompo yo a ti las luces?!” o “No voy a volver a este ser a menos que lo despidan”.
Sin embargo, el actor pidió las disculpas correspondientes horas después. Afirmando que su reacción había sido desmedida. “Es inexcusable. Me pasé (…). Me comporté como un vándalo”, aseguró.
Ahora, también hubo actores, que más allá de la reacción y las disculpas, aquella rabieta les costó el trabajo. Thomas Gibson, conocido por su personaje en Mentes Criminales, fue despedido de la serie por golpear a uno de los guionistas. Según cuentas los testigos, en una jornada muy larga de grabación, durante la cual Gibson también estaba dirigiendo, el actor comenzó a discutir con el guionista, Virgil Williams.
La pelea llegó a tal punto, que Gibson se descontroló y pateó a Williams. “Hubo diferencias creativas en el set y desacuerdos. Lamento lo que sucedió. Todos queremos trabajar como equipo y queremos hacer el mejor show posible. Siempre lo hemos hecho y siempre lo haremos”, dijo el actor en un comunicado post agresión.
Pero esta no fue la primera vez que Gibson protagonizó un episodio de violencia en un set. Años atrás hubo una situación similar cuando el actor empujó a un asistente de dirección (Ian Woolf) tras una fuerte discusión. Después de este hecho, el intérprete no fue despedido como ocurrió en 2016, pero fue obligado a realizar una probation que consistió en un curso para aprender a manejar la ira.
Que Charlize Theron y Tom Hardy se llevaron muy mal durante el rodaje de Mad Max: Furia en la Carretera es de conocimiento popular. Además, de los propios protagonistas fue el libro Blood, Sweat & Chrome: The Wild and True Story of Mad Max: Fury Road el que reveló la fuerte tensión durante la producción que duró nueve meses.
Según relatan, hubo una serie de hecho que fueron acumulando la tensión, pero la gota que rebalsó el vaso y que hizo estallar a Theron, fue cuando su coprotagonista llegó tres horas tarde a una escena. Ante esta falta de respeto, la actriz comenzó a maldecir a su compañero. Lo llamó irrespetuoso y exigió que lo multaran con cien dólares por cada minuto de atraso, contaría uno de los camarógrafos.
Por su parte, Tom Hardy no pidió disculpas, sino más bien se enfureció. “Él se acercó a ella y le dijo: ‘¿Qué me dijiste?’. Era bastante agresivo. Ella realmente se sintió amenazada, y ese fue el punto de inflexión, porque luego dijo: ‘Quiero a alguien como protección'”, reveló el testigo. Y desde ese momento, Charlize tuvo a alguien de la producción todo el tiempo junto a ella.
Con el tiempo Hardy haría su mea culpa. “Me sobrepasé de muchas formas. La presión sobre los dos era a veces abrumadora. Lo que ella necesitaba era un compañero mejor, quizás más experimentado, en mí. Eso es algo que no se puede fingir. Me gustaría pensar que ahora soy mayor o más feo, podría estar a la altura de las circunstancias”, expresó el actor, quien también tuvo diferencias con el director por sus métodos de trabajo.
Todos han tenido su momento de furia, y Tom Cruise no es la excepción. Y uno ocurrido en Misión Imposible 7 es quizás el menos cuestionable, pero es de los más recientes. El actor fue uno de los primeros en volver al set durante la pandemia del coronavirus y se encargó personalmente de que se cumplieran todos los protocolos sanitarios. Por lo mismo, cuando vio a dos integrantes de la producción romper dichas reglas para evitar contagios, estalló.
El audio se filtró a la prensa, y se escucha decir que despedirá a dos miembros de la producción si vuelven a ignorar el protocolo sanitario. “¡No quiero volver a ver esto de nuevo y si no lo hacen están despedidos!”, grita Tom Cruise, mientras explica la importancia de poder estar trabajando mientras el resto del mundo está detenido. “La gente está perdiendo sus malditas casas porque nuestra industria está cerrada. No van a poner comida en su mesa ni pagar su educación universitaria. ¡Con eso duermo todas las noches, con el futuro de esta (…) industria! Ya se los he dicho y lo quiero ahora. ¡No vamos a cerrar esta maldita película! ¿Se entiende? Si lo vuelvo a ver, están jodidos y despedidos”, sentenció el actor muy molesto.
Lugo de la renuncia de varios integrantes del equipo, el actor justificó su reacción: “Dije lo que dije. Había mucho en juego en ese momento… Pero no era todo mi equipo. Hice que el equipo abandonara el set y solo eran personas selectas”, explicó.
Fe en los 80 cuando Dustin Hoffman protagonizaba Kramer vs. Kramer. Su coprotagonista era Meryl Streep, por ese entonces, recién estaba empezando. Y sería esa película la que la lanzaría al estrellato. Según cuentan, la joven principiante quiso hacer un cambio en el guión con una intención progresista, lo que molestó a Hoffman, quien ya con su parte aprendida, gritó en medio del rodaje: “Meryl, por qué no dejar de cargar la bandera del feminismo y simplemente haces la escena”.
Al enojo, se sumó una cachetada (que no estaba en el guión) en el segundo día de rodaje. Y luego, la improvisación del actor en la que arrojó una copa de vino contra una de las paredes para hacerlo más verídico. “La próxima vez que vayas a hacer esto, me gustaría que me lo avisaras”, le dijo Streep. Con el tiempo, Hoffman le pidió disculpas a la actriz, admitiendo que su actitud había sido inaceptable. Al parecer, el actor atravesaba un divorcio en su vida real y aquella situación lo tenía más alterado que lo normal.
Por último, en este resumen de rabietas, el caso de Sean Penn, no tiene perdón. El actor estaba rodando Vigilantes de la calle cuando terminó preso. La historia dice que un extra que debía pasar en monopatín detrás de los protagonistas, fotografió al actor charlando con Robert Duvall en un descanso, algo que no le gustó al actor. Durante la discusión, Penn insultó al extra, lo escupió y lo golpeó. “El señor Penn insultó al señor Klein, lo escupió, Klein le devolvió el escupitajo, y el señor Penn, con el puño cerrado, golpeó a Klein varias veces y tuve que ser sujetado por varias personas”, relató el abogado del extra.
Ante la situación, Klein lo denuncio en la justicia y el actor, que había estado libertad condicional por haber agredido a dos fotógrafos mientras estaba casado con Madonna, fue condenado a 60 días de cárcel, de los que pasó 33 entre las rejas. “Él siente que esta es una experiencia desafortunada. Tiene que aprender que la gente intentará incitarlo a situaciones en las que puede reaccionar de manera inapropiada. Necesita y entiende que incidentes como este son ineludibles y él puede controlarlos y los controlará”, dijo el abogado del actor.