Ha sido difícil llenar el vacío de superproducciones que marcaron a la cultura popular como lo fueron la saga de El Señor de los Anillos en el cine, y lo que significó Game of Thrones en el formato televisivo. La mirada fantástica dirigida hacia el medioevo tuvo sus intentos en la década del 80 y también en los 90 con películas como Willow, con La Princesa Prometida o Corazón de Dragón, todos intentos loables y de corte familiar, que dejaron un buen recuerdo pero que tampoco sentaron ningún gran precedente.
Es probable que en esa línea y bajo esos mismos resultados miremos a futuro a Calabozos y Dragones, este nuevo intento por llevar el famoso juego de roles al soporte audiovisual y que acá lo hace con un gran elenco, entre los que se cuentan Chris Pine, Regé-Jean Page, Michelle Rodríguez y Hugh Grant, entre otros. Y si hay nobleza en esta película, es que justamente donde el esfuerzo por entretener e impactar se siente tan forzado y obligado en las innumerables cintas de superhéroes que han llegado a nuestros cines en la última década, en este filme digno de matinée dominical, se sienten más naturales y menos pretenciosas.
El tono de esta Calabozos y Dragones nos hace recordar lo que fue ese divertimento de la primera parte de Guardianes de la Galaxia, en el sentido que tiene esa ligereza y frescura, donde el humor se une con la acción y corren paralelamente. Son películas que en su apuesta fantasiosa rehúsan la épica grandilocuente y evitan tomarse en serio. Y en eso la película gana y apuesta a gustar a un público transversal.
La anécdota es bien simple. La historia sigue a un ladrón bastante carismático, encarnado por un muy solvente Chris Pine, y a una improbable banda de aventureros que inician un plan ambicioso para robar una reliquia perdida y que tiene el poder de resucitar a alguien muerto, sin embargo las cosas se salen de control, el desafío se complica, se cruzan personajes entremedio, y hartos dragones y criaturas mitológicas, brujas con maleficios ancestrales y artefactos con características mágicas, darán vida a un relato que a ratos se hace un tanto redundante, pero la dupla de directores a cargo de esta ficción sabe bien lo que tienen entre manos y logran reproducir secuencias, y sobre todo una atmósfera muy afín al juego en el que la película se basa.
Con un antagonista como Hugh Grant, que sabe de armar personajes caricaturescos pero nunca faltos de carisma, y un divertido cameo del mismísimo Bradley Cooper, Calabozos y Dragones supera la prueba de la entretención. En una temporada donde tanto Marvel como Warner DC se han quedado debiendo taquilla con sus desilusionantes secuelas de Ant-Man y de Shazam, esta película de aventuras medievales les gana la partida, sin ser para nada inolvidable, divierte con buenos recursos y sin grandes pretensiones.
Calabozos y Dragones se estrena hoy, jueves 30 de marzo, en todos los cines del país.