Las memorias del príncipe Harry ya están viendo la luz, y si bien cuenta con polémicos dichos, también los hay muy emotivos. Como el que asegura que cuando niño creyó que Diana había fingido su muerte para escapar de la prensa.
El duque de Sussex tenía sólo 12 años cuando su madre, Diana, murió en un trágico accidente en un túnel de París en 1997. En Spare, admite que ha pasado años tratando de averiguar lo que realmente ocurrió aquella fatídica noche.
«Sin nada más que hacer que vagar por el castillo y hablar conmigo mismo, se apoderó de mí una sospecha que luego se convirtió en una firme creencia. Todo era un truco», señala Harry que pensó mientras se encontraba en Balmoral.
«Y por una vez el truco no estaba siendo jugado por la gente a mi alrededor, o la prensa, sino por mamá. Su vida ha sido miserable, la han acosado, la han hostigado, le han mentido, le han mentido. Así que ha montado un accidente como distracción y se ha escapado», aseguró.
Tras la muerte, Harry dice que en su colegio le pidieron que escribiera una carta «final» a su madre: «Tengo un vago recuerdo de querer protestar porque ella seguía viva, y sin embargo no hacerlo, por miedo a que pensaran que estaba loco».
Dentro del mismo contexto, el royal también admitió que tanto él como su hermano, el príncipe William, han recorrido en coche el Puente del Alma (el lugar del accidente) para rememorar los últimos momentos de su madre.
El príncipe Harry reveló que cuando por fin atravesó el túnel y pasó por encima del bache que supuestamente hizo que el Mercedes de Diana se desviara de su trayectoria, no pasó «nada».
«Apenas lo sentimos», explica. «Siempre me había imaginado el túnel como un pasadizo traicionero, intrínsecamente peligroso, pero no era más que un túnel corto, sencillo y sin complicaciones», escribe. «No había razón para que nadie muriera en su interior».
Tras pasar por el túnel, Harry y William hablaron del accidente por primera vez. «Hablamos de la reciente investigación. Una broma, coincidimos los dos. El informe final escrito era un insulto. Extravagante, plagado de errores fácticos básicos y enormes agujeros lógicos».
Harry, también recuerda cómo «apresuró» a Diana a colgar el teléfono la última vez que hablaron mientras él estaba ocupado jugando con sus primos. «Me hubiera gustado buscar las palabras para describir lo mucho que la quería. No sabía que esa búsqueda me llevaría décadas», escribe.