Si hay algo que todos recordaremos para siempre de Isabel II, eso será precisamente su amor por los corgis. La acompañaron a lo largo de su vida, incluso en el día de su matrimonio de forma secreta.
Si bien hay muchas historias sobre sus corgis, hay un nuevo libro, The corgi and the Queen, que ha revelado algunos detalles desconocidos sobre su relación y más exactamente sobre cómo incorporó a su perro favorito en el día de su boda.
Caroline Perry es la autora del próximo libro ilustrado que celebra la relación eterna que tuvo la monarca con sus queridas mascotas. Y, en una entrevista con People. Perry ha revelado el rol secreto de su perrita Susan en su boda con el duque de Edimburgo.
El 20 de noviembre de 1947, la heredera al trono camino al altar para darle el “Sí, quiero” al príncipe Felipe. Han pasado 75 años desde aquella boda a la que asistieron miles de personas entre invitados y quienes se reunieron para verla. Sin embargo, nadie se dio cuenta que mientras la futura reina y su esposo eran trasladados a su luna de miel en un carruaje, la entonces princesa ya había escondido a Susan bajo su asiento con una manta y una bolsa de agua caliente para mantenerla caliente.
“Fue un detalle muy bonito que ella quisiera tener a su mejor amiga a su lado en el día más importante de su vida. Se puede ver en la cara de Isabel que estaba radiante”, comentó Perry a la revista.
Desde allí, Isabel, Felipe, y Susan viajaron en tren a Hampshire. El trío fue fotografiado junto unos días después jugando en el jardín. Si bien la reina siempre tuvo perros, Susan era su favorita. Esto, porque aquel corgi galés de Pembroke fue un regalo cuando cumplió 18 años. Fue su compañero más fiel durante la Segunda Guerra Mundial y luego, durante la muerte de su padre, el rey Jorge VI. Razón por la cual asumiría como reina con tan solo 25 años.
Cuando se trata de números, la difunta reina los supera todos debido a su edad y tiempo de reinado. Y cuando se trata de corgis, es bastante similar. La monarca tuvo 14 generaciones de corgis y dorgis (un cruce entre un corgi y un perro salchicha), descendientes de Susan. Pero, ¿por qué Isabel eligió esa raza?
“Mucha gente se pregunta por qué eligió la raza corgi”, dice la autora. “Quien que tiene corgis te dirá que son perros increíbles, pero no fáciles. Son muy enérgicos. Algunos de sus corgis se metieron en líos, Susan se metió en problemas un par de veces. Incluso para una adiestradora de perros tan experimentada como la reina, los corgis no son para dueños novatos. Que los amara tanto, creo que habla del hecho de que no era capaz de expresar sus emociones y sentimientos”, explicó a la revista.
Quizás ella misma se veía en ellos. “Realmente utilizaba a sus perros como una expresión de sí misma. No podía elegir su vida, pero podía elegir a sus compañeros. El hecho de que estos corgis sean tan animados, tan vivaces y tan traviesos, creo que en cierto modo era su forma de expresar lo que sentía en su interior pero que no era capaz de transmitir. Era tan correcta y nunca se equivocaba, ¿verdad? Sin embargo, estos perros traviesos están haciendo todo tipo de cosas que quizás ella hubiera deseado poder hacer”, concluyó.