Entre tantas lluvias, días grises y bajas temperaturas, sentimos necesario al menos llenarnos de esperanza de un futuro próximo. Y nos encontramos con la inspiración perfecta: el bikini favorito de Demi Moore. Se trata de el clásico de corte triangular, que cubre lo que tiene que cubrir, queda bien y que es fácil de llevar. Una serie de requisitos que, según la actriz, muchas veces resulta difícil encontrar en la misma prenda. “Mucho de lo que he visto en el último par de años era simplemente menos y menos tejido. ¿Cuánto se puede mostrar? A veces no se deja nada a la imaginación”, dijo la actriz a revista Vogue.
Y con esa idea en mente ha diseñado su propia colección de trajes de baño para la firma Andie, una línea de 10 piezas que se pueden comprar en la web de la compañía por un valor entre 75 y 155 dólares. Y hay para todos los gustos y colores.
La protagonista de G.I. Jane y Acoso Sexual es coleccionista de trajes de baño vintage. Ha confesado que posee piezas icónicas de los años veinte y modelos de los ochenta. Precisamente de ese archivo personal es donde ha encontrado inspiración para desarrollar esta colección cápsula que tiene como énfasis concentrarse en el buen corte: “Había algo para mí en el hecho de explorar la idea de lo que es sexy, dulce y “empoderador” que no necesariamente muestra todo, que encaja muy bien y que es cómodo”.
La firma estadounidense Andie se centra precisamente en ello, en buscar un buen corte, patrones favorecedores y tejidos firmes que se mantengan en su sitio. Para el lanzamiento de esta cápsula han fotografiado a la actriz con sus diseños en la Costa Azul. Moore se convierte así en una más en la larga lista de celebrities que se han animado en diseñar y comercializar su propia línea de trajes de baño, como ya lo han hecho Emily Ratajowski, Alessandra Ambrosio y Khloe Kardashian.