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Sus intensos ojos azules y sus facciones afiladas nos perturbaron cuando acosó a Rachel McAdams en Vuelo Nocturno. No fuimos los únicos intimidados por su presencia. El propio director Christopher Nolan fijó su atención en este actor irlandés y lo convenció para interpretar al Espantapájaros, uno de los villanos de su primera entrega de Batman, con Christian Bale y donde compartió elenco con Liam Neeson y Anne Hathaway.
Nadie más podría olvidarlo. Cillian Murphy había entrado a las grandes ligas por la puerta ancha y dando pruebas de que carne de buen actor acá había. Lo cierto es que los rasgos intensos y sumado al físico enjuto de Murphy lo han dirigido hacia roles de villanos o líderes de temer como el propio Tom Shelby, quizás el papel de su vida y que lo consiguió a contracorriente del cine, pero en sus tierras, porque Peaky Blinders se gestó en la BBC, donde surge la historia de este clan familiar en la ciudad inglesa de Birmingham durante la década del 20.
“No creo que necesites encontrar cosas en común entre tú y un personaje, de hecho es más interesante cuando es algo completamente diferente”, ha dicho el actor en defensa de los roles que ha elegido, en especial el de este gangster que vive sus últimos momentos en la ficción cuyos seis capítulos finales fueron liberados por Netflix este viernes.
Lo cierto es que Cillian Murphy tiene bien poco en común con su personaje más emblemático. El actor se considera un padre de familia de lo más normal y que encuentra placer “en sacar la basura y ser parte del día a día” en la intimidad de su hogar. Un esfuerzo con tal de llevar una vida al margen del mundo del show business. “Solo quiero ser decente y bueno. Son valores antiguos, pero parece que están desapareciendo en la actualidad. Ahora es normal ser un déspota, un misógino, un asqueroso. Estos puntos de vista se están validando por todo el mundo. El no ser ostentoso y no hablar demasiado de ti mismo es a lo que intento aferrarme. Así es como me crie. No siempre lo consigo. Mi esposa y mis hijos son los que me dirán si estoy fallando, pero es todo lo que realmente quiero hacer. Eso es lo importante”.
Casado desde hace 18 años con su novia de toda la vida, la artista visual Yvonne McGuinness, cuatro años mayor que él, la pareja vive en la capital de Irlanda con sus hijos adolescentes, de 16 y 14 años. Cillian y su esposa han criado a sus hijos al margen del trabajo de su padre porque consideran que no era necesario exponerlos a la violencia de los papeles que suele desempeñar. Se crió en un pueblo católico en las afueras de Cork, una ciudad de Irlanda, y fue parte de una familia relativamente acomodada. Tuvo problemas de conducta en el colegio de curas donde se educó y para canalizar esa energía negativa, se volcó hacia el teatro. Pero su sueño era convertirse en estrella de rock. Tocaba y cantaba en una banda que formó con uno de sus tres hermanos, y fue en ese tiempo cuando conoció a su esposa.
A los 20 años entró a estudiar Derecho. Pero no quería ser abogado, de hecho no aprobó ningún examen. Fue ahí donde volvió a aparecer la curiosidad por la actuación y el teatro. Camino que lo hizo debutar a los 26 años, ni más ni menos que con el director de Trainspotting y Slumdog Millionaire, Danny Boyle, en la película de zombies 28 Días Después.
Cillian es una especie extraña en la industria de Hollywood, lugar donde nunca ha querido mudarse. No tiene redes sociales, le cargan las alfombras rojas y casi no da entrevistas. Su filosofía de vida es otra: “Me gusta actuar pero, en última instancia, se trata solo de disfrazarse y hacer voces. Me lo tomo en serio y hago lo mejor que puedo, pero ir a casa y estar con mi familia es lo que realmente vale la pena”.
Confesó que para convertirse en el famoso gangster de la serie de la BBC y que lleva interpretando durante ya nueve años, tuvo que realizar una serie de sacrificios. Desde perfeccionar el acento, lo que le hizo ir a sentarse a tomar cerveza a pubs del sector y grabar con su teléfono las conversaciones que tenían los locales para poder imitar el acento. Además, tuvo que verse obligado a comer carne después de 20 años siendo vegetariano. Lo cierto es que para el papel tenía que agregar proteínas a su dieta y así sumar masa muscular. Por último, el actor que nunca había fumado, tuvo que consumir 3 mil cigarrillos falsos de marihuana durante la serie.
El próximo paso de Cillian Murphy es en grande. Volverá a ponerse bajo las órdenes de Christopher Nolan en su próxima gran producción donde el actor tomará el rol principal, encarnando a Robert Oppenheimer, el padre de la bomba atómica. Un filme que contará con las actuaciones de un elenco de ensueño que incluye a Gary Oldman, Matt Damon, Emily Blunt, Rami Malek, Robert Downey Jr., Kenneth Branagh, Florence Pugh, entre muchos otros, y que está anunciada para julio del año próximo.
