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Después del reciente estreno del documental de Netflix El misterio de Marilyn Monroe: Las cintas inéditas, sobre las misteriosas circunstancias que rodearon la muerte de Marilyn Monroe, pasando por la performance de Kim Kardashian usando ese mítico vestido en la Gala del MET, hasta el récord de venta en la subasta de su retrato por Andy Warhol, si algo es seguro, es que Marilyn ahora es tendencia. O quizás siempre lo fue.
Casi sesenta años después de su muerte, el legado de la actriz estadounidense sigue más vivo que nunca. Muchos conocen sus icónicas imágenes y películas, pero muy pocos recuerdan su viaje a Inglaterra en 1956, cuando sembró la semilla de divorciarse de Arthur Miller, se peleó en plena grabación y logró conocer a la reina Isabel II. Esto sucedió seis años antes de morir, cuando viajó a Londres para grabar la película The Prince and the Showgirl con Laurence Olivier como co-protagonista y director. Aunque Monroe aceptó muy pocas invitaciones durante su estadía en Inglaterra, una mujer a la que esperaba ver desesperadamente era la reina, y lo consiguió durante el Royal Film Performance.
Este histórico encuentro tuvo lugar en el Empire Theatre de Leicester Square, en Londres, apenas unas semanas antes de que terminara el rodaje de la película. La reina pudo hablar unos momentos con una nerviosa Marilyn: “¿Te gusta vivir en Windsor?”, a lo que la Monroe perpleja le respondió “¿Qué? Pensé que vivíamos en Englefield Green”, y la reina le dijo “Ah, somos vecinas”, explicando que la mansión en la que se estaba quedando, estaba cerca de su castillo.
Aunque fue escandaloso que Marilyn Monroe rompiera el protocolo real que le pedía que fuera vestida de forma conservadora, llevando un vestido dorado con un profundo escote, la reina, quien también tenía 30 años en ese momento, parece no haberse ofendido en lo absoluto. La actriz describió el encuentro como uno de los grandes momentos de su viaje, y la describió como “una persona muy cálida”, y añadió que “irradia una maravillosa dulzura femenina y delicadeza”.
