Desde el miércoles de la semana pasada, los museos y las salas de conciertos se convirtieron temporalmente en salones de belleza y gimnasios en Países Bajos. ¿El motivo? Protestas contra las restricciones de coronavirus del gobierno holandés.
Fue en el Museo Van Gogh de Ámsterdam donde un peluquero y dos nail artist atendieron a los visitantes entre obras de valor incalculables, mientras otros dos peluqueros instalaron sus sillas de atención en el escenario del Concertgebouw.
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Así, el sector cultural de la capital señala que es injusto que deban permanecer cerrados, mientras la semana pasada se levantaron las restricciones de Covid para las llamadas «profesiones de contacto», como barberos, salones de uñas e incluso trabajo sexual.
«Queríamos dejar claro que un museo es una visita segura y que deberíamos estar abiertos», dijo Emilie Gordenker, la directora del Museo Van Gogh. «La alcaldesa me llamó anoche y me dijo que no permitiría esto. Esperamos recibir una advertencia en algún momento después de la cual tendremos que cerrar, pero queríamos dejar claro este punto, así que aquí estamos».
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Por otro lado, el director del Concertgebouw, Simon Renink también hizo comentarios al respecto: «Después de dos años de paciencia y una actitud siempre constructiva, ya es hora de una perspectiva justa para el sector cultural».