A cuentagotas van apareciendo imágenes de la nueva y esperada temporada de The Crown. Cada imagen que se ha filtrado atraen toda la atención cuando la protagonista es el personaje de Diana de Gales. Una figura que en esta nueva tanda de episodios se robará todas las miradas. La última fotografía publicada demuestra el rigor que se intenta seguir en cuanto al peinado y vestuario. En las fotografías vemos a la actriz Elizabeth Debicki con el icónico pelo corto de Diana y con un traje color lavanda, un collar, aros de perlas y un bolso blanco Dior.
El look es calcado al que vistió la princesa Diana en junio de 1997 durante un viaje a Washington y que formaba parte de una extensa colección de prendas de colores rosados y lavanda, los que sin duda fueron alguno de sus tonos favoritos.
De hecho, este lila pastel fue el tono que eligió para partir a su luna de miel y el que predominó en su gira por Australia, que como es sabido, fue un viaje muy difícil para ella. Dicen en la versión británica de Vogue que precisamente por eso Diana eligió este color para el viaje, como una especie de “dulce paliativo”. Tonos que entre el lila, lavanda y rosado, han ido variando en la gama de sutil a más fuerte y con cortes y modelos muy distintos.
Muchos de ellos han quedado para el recuerdo y forman ya parte de la historia de la moda. Entre ellos, el traje de chaqueta de manga corta de Versace a lo Jackie Kennedy; el traje bicolor, en rosa y rojo, firmado por Catherine Walker y que Diana de Gales llevó a la gira del Golfo Pérsico en 1989; el mítico conjunto de pantalón de cuadros vichy y chaqueta de punto con el que se retrató sentada en unas escaleras junto al pequeño Harry; el vestido plisado de lunares que eligió para celebrar el 92º cumpleaños de la Reina Isabel en 1992; el vestido de gala rosado y blanco que lució en la ópera de Berlín en 1987 o el que llevó para una cena en Florida en 1985 de Catherine Walker.
A continuación repasamos algunos de los modelos más icónicos y comprobamos cómo el rosado, el fucsia y el lila fueron de sus tonos favoritos y más favorecedores de Diana de Gales a lo largo de su vida.