La actriz de “la sonrisa de América” no suele compartir mucha información de su vida familiar a través de su cuenta de Instagram. Sin embargo, no ha podido resistirse ante el cumpleaños de sus dos hijos mayores, los mellizos Hazel y Phinnaeus Moder.
“17 de los años más dulces de mi vida”, escribió la actriz de 54 años junto a exactamente 17 emojis de torta de cumpleaños junto a la foto de los recién nacidos.
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Fue en 2004 cuando Julia Roberts dio la bienvenida a su hija Hazel y a su hijo Phinnaeus junto a su marido de toda la vida, Danny Moder, a quien conoció en 2001 durante el rodaje de The Mexican, con quien se casaría en 2002. Y más tarde, Henry se uniría a la familia en 2007.
Recordemos que Hazel debutó junto a su padre en la alfombra roja en el Festival de Cannes este año.
A pesar de ser los hijos de una de las actrices más famosas del mundo, sus hijos han crecido alejados del mundo mediático y los focos. Ahora bien, su madre tomó una drástica medida para evitar el asedio de la opinión pública y no los deja usar redes sociales. “Mamá sale en unas cuantas películas”, solía decirle a sus hijos sobre su nivel de fama.
Pero Julia sí suele hablar sobre la vida en familiar en ciertas entrevistas. “No hay forma de describirla sin sonar cursi o ridícula, porque todo lo que está en mi mente termina con un signo de exclamación”, dijo a InStyle. “Tenemos estos tres seres humanos que son un completo reflejo del amor que nos tenemos”, comentó al mismo medio.
Roberts también se sinceró sobre su matrimonio el podcast Goop de Gwyneth Paltrow, donde comentó lo feliz que era al haberse casado con Danny y de la vida que llevaban. “Eres joven y te enamoras y dices: ‘Oh, sí, vamos a casarnos y vamos a construir una casa y tendremos hijos’, y todas esas cosas con las que todos soñamos, pero no sabes si te va a gustar el mismo sofá y no sabes si él va a querer tener, por ejemplo, toallas estampadas. No sabes todas estas cosas hasta que las haces, pero tenemos la suerte de que hay una especie de armonía inexplicable en nuestra forma de hacer las cosas, porque aunque las hacemos de forma diferente, hay algo en común que tiene todo el sentido del mundo. La mejor decisión que he tomado en toda mi vida ha sido unir mi vagón al de Danny“.