Cuando la pandemia de Covid-19 no deja de acechar al mundo, los reyes de Holanda, Guillermo y Máxima, decidieron tomar un avión a su residencia en el sur de Grecia, por sus vacaciones de otoño; justo cuando el gobierno de su país establecía confinamiento parcial y comenzaba a pedir a los ciudadanos que trataran de no viajar.
Ante esto, los monarcas –que en agosto se les criticó por hacerse una foto con el dueño de un restaurante en Grecia sin mascarillas ni distancia social– regresaron a Holanda, y grabaron un video, compartido en sus redes sociales, donde muy serios dijeron: “A pesar de que el viaje estuvo en línea con las regulaciones, fue muy imprudente no tomar en cuenta el impacto de las nuevas restricciones en nuestra sociedad. Nuestra propia decisión de regresar se tomó al darnos cuenta de que no deberíamos haber ido. Es un momento difícil para todos. Un tiempo de carencias, limitaciones y preocupaciones. Del miedo, la ira y la inseguridad también. Conocemos el dolor: en muchos encuentros personales o virtuales hemos escuchado historias conmovedoras, y sentimos un vínculo íntimo con cada uno de ustedes y con todas aquellas personas afectadas”. Al terminar el soberano hizo hincapié en que ellos están involucrados con la situación, pero no son infalibles.
Sin embargo, la familia real de los Países Bajos no solo ha sido criticada por salir del país en un momento en que vuelven los confinamientos, sino porque, al regresar a Holanda, los paparazzi evidenciaron que solo Guillermo, Máxima y su hija menor, Ariadna, lo habían hecho. Las dos mayores, las princesas Amalia (heredera) y Alexia, no venían con ellos, ya que siguieron en Grecia por unos días más.
En ese minuto las críticas aumentaron; pero el gobierno holandés salió en su defensa, diciendo que las dos princesas no se subieron al avión (un vuelo regular de KLM), ya que no había espacio para ellas.