Jorge Zabaleta fue de los primeros en “encerrarse” y tomarse muy en serio el tema de la cuarentena. Sin embargo, hoy dice que ya está algo aburrido de su casa. En el lado positivo mantiene su programa de radio y hace algunos “en vivo” a través de Instagram. A los cuales les da mucha importancia. “No quiero perder eso, porque me interesa mucho mantener el contacto con la gente. Creo que si en algo fallamos como sociedad fue en perder el contacto, la desconexión total con la realidad y con lo que está pasando”, confesó el actor. Asegurando que es súper importante hablar con la gente, preguntarles qué les pasa, cómo lo están viviendo o cualquier cosa.

Destacó la importancia de la radio y de esa intimidad que se crea entre el locutor y quienes lo escuchan. “Es avisarle a la señora que llegó una encomienda en el bus, la radio tiene que cumplir un rol social súper importante, y lo dejamos de lado. Se nos olvidó”, comentó. Para el actor conectarse con el público es clave, por lo menos de la radio, y lo ha hecho muy feliz.

Jordi le comentó que había mencionado en una entrevista que quería volver a las raíces, bajar el ítem fama y protagónico de las teleseries. “Yo me sentí gravemente desconectado en un minuto“, explicó y renunció a las teleseries, por lo menos por ahora. Poco a poco comenzó a aislarse y quiso darle un vuelco a su vida. “Cumplí 50 y fue como tengo que hacer otras cosas, tengo que conectarme más con mi país y con mi gente”, aclaró.

Para él su carrera ha sido la que lo ha llevado a tomar esa consciencia con las personas, ya que “la señora Juanita” es la que ha estado con él siempre. Recordó el profundo momento en que se dio cuenta de la importancia de su carrera, y tuvo que acompañar a una joven de 15 años en los minutos previos a su muerte. La familia le agradeció infinitamente y para él ese día marcó un antes y un después.

Hoy en día se ha alejado de la televisión, pero tiene otros proyectos: un hotel en San Pedro de Atacama. “Ese es mi proyecto de vida, me demoré siete años en hacerlo”, explicó. Si bien muchos le dijeron que estaba loco, para él no fue impedimento. Pero fue muchísimo trabajo y le pasó la cuenta.

El protagonista de ‘Machos’ reveló que el hotel fue muy duro de construir a la distancia y llegó a colapsar. “Estaba agotado, me vinieron ataques de pánico, yo no sabía lo que era eso”, confesó. Así entendió que tenía, y quería, hacer otras cosas. También le sirvió para conectarse más con sus hijos. Le gusta ser el papá presente que hace cosas con sus hijos, algo que no vivió él de chico.

Habló de sus padres, de la infancia y de lo que le costó asumir los 50 años. “Me pegaron fuerte”. Sin embargo, aún cuando no corre ni una cuadra, dice que el look para él no es tan importante. “Es como decir, parto el gimnasio el lunes, no voy a partir porque no me interesa ir”, explicó. Poniendo todo en la balanza dice que no se estresa por eso, porque no va a hacer cosas que no le gusten, eso sí, dejó de fumar. “Me costó 10 kilos encima eso sí”, sentenció.

Sin embargo, aún cuando sufrió la crisis de los 50 y se juntó además con la cuarentena, habla del tema para superarlo. Cuando cumplió 50, dijo “yo quería la polola de 22, un auto descapotable y quería todas esas weas, voy a hacer ejercicio y sacar calugas”, dijo entre risas, pero “no volvería a los 30 años ni cagando, ni a tener 20 tampoco”.

El protagonista de ‘Papy Ricky’, repasó también algunas relaciones que marcaron su vida. Desde su perro Cuco que falleció luego de 13 años, su nueva mascota Waco, Felipe Camiroaga y Ricky Godoy, un amigo que falleció en Irlanda.

“Me siento más seguro hoy en redes sociales con la gente que me sigue”, concluyó, y espera seguir haciendo cosas en Instagram. Y contó que tiene ideas y futuros proyectos pensados en esa plataforma.