Suscríbete
Aunque todavía no lo podamos notar, estamos viviendo en otoño. Este sábado tendremos el cambio de horario correspondiente a los meses más fríos y de mayor oscuridad. Y aunque las temperaturas altas se nieguen a dejarnos, el cambio de estación y de moderación del clima es inminente. Por esto, corresponde hablar de la deshidratación de la piel como un problema muy común que afecta a la gran mayoría de la población (tanto femenina como masculina), aunque no preocupe tanto como otros signos más visibles como las manchas o las arrugas. Sin embargo, y aunque a menudo no se aprecie a simple vista, una piel deshidratada puede llevar a complejos y antiestéticos procesos de descamación, irritación y, por consecuencia, el aumento de las arrugas y las marcas acentuadas en las líneas de expresión. Sumado a eso que, cuando la piel está deshidratada, suele desencadenar brotes de acné e inflamación al enviar al cerebro un mensaje de ayuda al que este reacciona produciendo más grasitud.
Por todo esto, hemos querido definir cinco tips, o también pueden ser cinco pasos de una rutina infalible para conseguir una piel hidratada que nos prevenga de estas complicaciones del clima. No hay nada mejor que adelantarse y prevenir.
Sin duda, y aunque suene a lugar común, beber dos litros de agua al día es fundamental para tener la piel hidratada. Respecto a la alimentación, la clave está en ingerir alimentos ricos en minerales y ácidos grasos esenciales como los Omega 3. También es recomendable sumar a la lista vitaminas del complejo B, y es que estas intervienen en el buen estado de la piel y en los procesos de renovación celular. ¿En qué alimentos encontramos estos componentes? El Omega 3 en el pescado, en las semillas, las nueces o la palta; la vitamina B en la mayoría de alimentos de origen vegetal como frutas, verduras y cereales, así como en los huevos y en los lácteos.
Otro mandamiento de belleza que siempre escuchamos o leemos: para mantener la piel hidratada y sana, un paso que no debemos olvidar es proteger la piel de las radiaciones solares durante los 365 días del año. Una excesiva exposición a las radiaciones solares es el primer y mayor factor de envejecimiento de la piel. ¿Por qué? Porque los rayos UV traspasan las capas exteriores de la piel y penetran a las capas más profundas, en las que pueden dañar o matar las células de la piel, eso no lo decimos nosotros, lo dice la National Library of Medicine.
Una ayuda extra que no puede faltar es la llamada nutricosmética. Incorporar productos o alimentos que contengan ácido hialurónico o el colágeno. La nutricosmética es una combinación de alimentos y nutrientes con grandes propiedades nutricionales. Ayuda a mantener la piel en buen estado. A diferencia de la cosmética externa que conocemos más, la nutricosmética actúa desde el interior de nuestras células, es decir, desde las capas más profundas de nuestra piel. Por lo tanto, además de nuestra apariencia estética también va a mejorar nuestra salud. Puede presentarse en forma de pastillas, jarabes, cápsulas, píldoras o ampollas.
Si el ácido hialurónico es el primer y mejor aliado en esta lucha, es tanto o más importante saber cómo aplicarlo. Es imprescindible una limpieza diaria para oxigenar la piel en profundidad, tanto de día como de noche. Esto hará que el siguiente producto que te apliques penetre mucho mejor y tenga una mayor efectividad. Otro paso esencial es utilizar serums con una alta concentración de ácido hialurónico de diferentes pesos moleculares para que el producto actúe en las diferentes capas de la piel y conseguir mejores resultados.
Sin embargo hay otros básicos que pueden resultar muy beneficiosos para nuestra piel y la hidratación que necesitamos. Un ingrediente clave para hidratar la piel a otro nivel, es el HLG. Se trata de un nanopolímero con una actividad súper hidratante en sí mismo. Se trata de un ingrediente revolucionario que ayuda a la penetración hasta las capas más profundas de la piel. Busque productos con estos componentes.
Para terminar felizmente cada uno de estos pasos, los expertos aconsejan la aplicación de tratamientos adicionales para la rutina diaria, por ejemplo, ayudará mucho una mascarilla hidratante una vez a la semana. Otro paso es la limpieza en profundidad. Debemos exfoliar nuestra piel al menos cada 15 días para eliminar piel muerta y conseguir una apariencia más fresca y suave.
