Cuando se trata de relaciones amorosas se habla de “red flags”, es decir, aquellas señales de alerta. Sin embargo, también existen las “green flags” que influyen en que tengas una relación sana con tu pareja.

En el caso de las “red flags”, estas nos indican problemas o dinámicas tóxicas que ciertamente pueden traer problemas en una relación. Por lo mismo, es importante conocer el otro lado y ser capaces de reconocer las “green flags”. Esto es, aquellos indicadores que confirman que estás construyendo una relación sana y respetuosa.

Aquí destacamos cinco “green flags” que pueden ayudarte si tu relación va or un camino positivo.

Una de las bases de una relación sólida es la comunicación. Sin importar si se trata de un tema trivial o algo difícil, debes ser una conversación sincera donde la comprensión es mutua. ¿Te escucha tus inquietudes sin juzgarte? ¿Se sienten cómodos compartiendo pensamientos y emociones? El hecho de poder hacer todo esto sin miedo a la respuesta es una “green flag”.

En una relación saludable, ambos se incentivan a alcanzar sus metas personales. Una “green flag” es que tu pareja celebre tus logros y te anime a ir tras tus sueños, y que no se frustre él por ello o que compita contigo. Eso sí, esto también incluye estar en aquellos momentos difíciles, siempre ofreciendo apoyo pero sin intentar controlar tus decisiones.

Una relación sana no significa estar juntos todo el tiempo. Muy por el contrario, se debe respetar el tiempo, los hobbys y las amistades de tu pareja. Si ambos disfrutan de sus momentos solos y aún así mantienen una conexión cercana, es una “green flag”. Y es que este balance revela confianza y no una dependencia emocional.

Las discusiones son parte de toda relación, algo que la RAE define como “Contraponer opiniones sobre algo”. Por lo tanto, discutir no tiene un tono necesariamente negativo o de pelea. Y, por lo mismo, en este caso la diferencia es cómo la pareja maneja la contraposición de ideas. Si ambos son capaces de resolver conflictos de manera calmada, escuchándose y llegando a acuerdos sin caer en insultos, estás en una relación respetuosa y empática.

Si hay algo que habla mucho de una relación son pequeños detalles diarios. Por ejemplo, un mensaje espontáneo de “buenos días”, motivación en momentos difíciles o algo tan simple como compartir un café. Esto refleja el compromiso con la felicidad del otro, y es precisamente este espacio emocional seguro el que se convierte en una “green flag”, ya que puedes ser tú mismo sin miedo a ser juzgado.