¿Sabías que Hong Kong es la ciudad más longeva del planeta con una media de 85,83 años? ¿Y que la isla de Okinawa es una de las Zonas Azules del planeta, o sea, uno de los lugares donde viven más centenarios? Y al parecer, desde la alimentación hasta la educación, Japón tiene su propio modo de vida. Aquí algunas claves que al parecer son un buen indicio de salud y felicidad.
Toman té todo el día
El té en Japón tiene una larga historia y una cultura que incorpora diferentes rituales. El té verde y el matcha deben ser los más populares. Según la Global Japonese Tea Association, “muchas personas toman té durante la comida o bien cuando quieren relajarse”. Es decir, en Japón se toma té todo el día y eso tiene muchos beneficios para la salud.
Al té se le atribuyen efectos beneficiosos como el de prevenir la aterosclerosis (endurecimiento y estrechamiento de las arterias); disminuye los niveles de colesterol y de azúcar en sangre; reduce el riesgo de infarto; ayuda a controlar la hipertensión; protege frente al cáncer, la osteoporosis (pérdida de calcio en huesos) e incluso retrasa el envejecimiento.
Los japoneses no van al gimnasio
En lugar de tanto sacrificio físico, los japonenses tienen la costumbre de realizar actividades físicas moderadas o de baja intensidad como caminar a diario, el yoga o los estiramientos. Una de sus actividades favoritas es andar en bicicleta. En las escuelas y oficinas se practican todas las mañana ejercicios suaves y distendidos que buscan mayor amplitud en el movimiento.
Si tenemos una vida sedentaria y hacemos deporte o ejercicio 3 veces por semana, seguimos teniendo una vida sedentaria el 98% de nuestro tiempo. El deporte ayuda, pero no es suficiente o la única solución. Cambiar cómo nos movemos a lo largo del día y crear hábitos diarios va a tener un impacto más profundo y duradero en nuestra salud.
Practican el Hara Hachi Bu
Es una costumbre de la isla de Okinawa y su nombre significa “las ocho partes del vientre” y se refiere a lo sano que es comer sólo hasta un 80% de la capacidad del estómago. Una costumbre que de paso ayuda a controlar el peso. De hecho, según el Ministerio de Salud y Nutrición de Japón, es uno de los países con menor índice de obesidad con solo 3,5% en comparación con otros países como Alemania, Francia e Italia que tienen entre el 21% y 22%.
La cultura tradicional okinawense no contempla la dieta, sino comer un poco menos del hambre que se tiene, detenerse cuando estás casi saciado. Cuando perciben que su estómago está ya al 80%, en lugar de seguir e incluso superar el apetito que tienen, dejan de comer y se guardan un poco de hambre para la próxima comida.
Tienen la costumbre de dar las gracias
A los japoneses les gusta agradecer por todo. Un hábito que, por lo demás, es muy beneficioso para la salud mental. Para ellos, la gratitud es la íntima amiga de la alegría, la vacuna del pesimismo y la negatividad. Cuando adoptamos la gratitud como forma de vida, podemos observar el mundo de una forma más amable; aprendemos a apreciar y agradecer desde las cosas más sencillas que a menudo pasan desapercibidas, hasta las más complejas que se convierten en el punto de inflexión en nuestra vida. En palabras de Lao Tse: “La gratitud es la memoria del corazón”.