Revista Velvet | 25 actores y actrices que no ganaron (o que aun no han ganado) un Oscar
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25 actores y actrices que no ganaron (o que aun no han ganado) un Oscar

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25 actores y actrices que no ganaron (o que aun no han ganado) un Oscar

POR Carlos Loyola Lobo | 24 marzo 2022

Son algunos de los grandes olvidados de la historia de los Oscar, y no podemos entenderlo. Así que queremos hacer justicia cinematográfica. Estos actores y actrices que no nos podemos creer que no tengan una estatuilla en su casa. Algunos de ellos ya murieron hace tiempo, otros aún tienen la esperanza de conseguir el Oscar aunque probablemente su gran oportunidad ya ha pasado. Todos están en esta lista, que cómo lo hemos estado haciendo en Velvet durante esta semana previa a los Oscar que se entregan este domingo, en esta oportunidad repasamos las 25 estrellas que no ganaron (o que aún no han ganado) un Oscar.

Amy Adams

Es una de las grandes actrices de su generación, pero Amy Adams todavía no tiene un Oscar. Y eso que oportunidades no le han faltado: la actriz ha optado seis veces a llevarse la estatuilla dorada, por eso es que Adams se ha convertido en la nueva causa de reivindicación de los cinéfilos (como en su momento lo fue Leonardo DiCaprio), pero todo está en su favor para que, así como otra colorina como Julianne Moore que le costó tanto, en un futuro no demasiado lejano, sea reconocida como se merece.

Samuel L. Jackson

Si hacemos un poco de historia, Samuel L. Jackson ha estado en algunas de las películas y franquicias más importantes de Hollywood. Aun así, es sorprendente que ante su imponente filmografía, haya sido nominado al Oscar solo una vez, como Mejor Actor Secundario en 1995 por su icónico papel en Pulp Fiction de Quentin Tarantino, pero perdió frente a Martin Landau. A sus 72 años, quizás pueda tener una nueva oportunidad, o quizás ya salte directamente al Oscar honorífico, que bien merecido lo tendría.

Glenn Close

¿Llegará Glenn Close a romper su maldición en los Oscar? En 2021 estuvo nominada a Mejor Actriz de Reparto pero de nuevo se quedó sin estatuilla. Así, son ocho nominaciones sin victoria las que acumula la actriz, Cuesta creer que no consiguiese llevarse ninguno en su increíble filmografía y quizás a estas alturas, entre tantos desaires de la Academia, hasta a ella misma le dé lo mismo ganarlo.

Tom Cruise

 Es el rey de la taquilla, un héroe de acción incansable en sagas como Misión Imposible y Top Gun, pero los Oscars se han resistido a entregarle una estatuilla. Tom Cruise es icónico, pero sus tres nominaciones a los premios de la Academia no le dieron ninguna victoria. A saber: por Nacido el 4 de Julio, por Jerry Maguire y por Magnolia. Aunque con una competencia fuerte en las tres ocasiones, cabe preguntarse si lo veremos alguna vez subir al escenario del Dolby Theatre de Los Ángeles a recoger su estatuilla.

Sigourney Weaver

La mítica protagonista de la saga Alien y Los Cazafantasmas nunca se ha llevado un Oscar para la casa. Y eso que ha tenido tres buenas oportunidades. La primera en 1987 por su icónica Teniente Ripley en Alien. Las dos siguientes llegaron al mismo tiempo, en 1989, cuando fue nominada a Mejor Actriz por Gorilas en la niebla y a Mejor Actriz de Reparto por Secretaria Ejecutiva. No consiguió ninguno, perdiendo frente a Jodie Foster y Geena Davis, respectivamente.

Ralph Fiennes

Aunque muchos tengan grabada a fuego su caracterización como Voldemort en la saga Harry Potter, no hay duda de que Ralph Fiennes ha tenido una carrera llena de grandes películas e interpretaciones. Pero no ha sido suficiente como para ganarse un Oscar. En 1994, Tommy Lee Jones se lo arrebató de las manos por su papel en La lista de Schindler donde interpretó magistralmente a un oficial nazi del terror. Tres años más tarde tuvo otra oportunidad con El Paciente Inglés, pero fue Geoffrey Rush por Claroscuro el que se lo quitó.

Bill Murray

No podríamos imaginarnos Hollywood sin las excentricidades de Bill Murray, desde el Día de la Marmota, pasando por los Cazafantasmas hasta la película que le ha dado su primera y única oportunidad de ganarse la estatuilla: Lost in Translation de Sofia Coppola, pero perdió. Todo esto sucedió en 2004, donde fue Sean Penn quien se alzó con el premio por I am Sam.

Saoirse Ronan

Tiene apenas 27 años, pero Saoirse Ronan ha sido nominada al Oscar cuatro veces. Una hazaña increíble para un talento tan joven en Hollywood, y que no nos cabe duda de que seguirá acumulando reconocimientos en el futuro. La actriz obtuvo su primera nominación a los 13 años, por su papel secundario en Expiación, luego le siguieron Brooklyn, Lady Bird y finalmente Mujercitas, las dos últimas dirigidas por Greta Gerwig. Es que juntas son dinamita.

Ian McKellen

Fue uno de los héroes de El Señor de los Anillos y manejó los metales como Magneto en la franquicia de X-Men, pero Sir Ian McKellen nunca se ha llevado un Oscar por su increíble trabajo en la gran pantalla. El actor británico consiguió su primera nominación a Mejor Actor en 1998 por Gods and Monsters y una segunda como su icónico Gandalf en la trilogía de Peter Jackson, pero fue Jim Broadbent el que ese año se llevó el premio a casa.

Michelle Williams

Parece increíble que Michelle Williams no se llevase el Oscar por su gran actuación en Manchester by the Sea, pero es que competía con Viola Davis y ahí no hay quien le gane. Antes de eso estuvo nominada por Brokeback Mountain, por Blue Valentine y por My Week with Marilyn. Todas sin suerte. Pero Michelle es talentosa y tiene un futuro inmenso. Confiemos que lo logre.

John Malkovich

Es un actor tan irreverente y con una personalidad tan excéntrica que hasta tiene una película a su nombre: ¿Quieres ser John Malkovich?, donde aparece un mundo habitado completamente por diferentes versiones de sí mismo. Así de icónico es John Malkovich, pero los Oscar nunca se lo han reconocido. El actor ha obtenido tan solo dos nominaciones en toda su historia, ambas como Mejor Actor Secundario por películas menores y no sabemos si habrá chances para reconocerlo con un premio.

Naomi Watts

Lo de Naomi Watts en Mulholland Drive da cuenta de su enorme tanto. La australiana ha estado nominada dos veces: por 21 Gramos donde perdió ante Charlize Theron y por Lo Imposible donde se le impuso Jennifer Lawrence. ¿Llegará el momento de Naomi?

Jim Carrey

Jim Carrey es un actor fuera de lo común, y por si su ecléctica filmografía no nos ha convencido de eso, cuesta creer que no ha recibido una sola nominación al Oscar. Ni por trabajos unánimente aplaudidos como The Truman Show o Man on the Moon. Hasta 6 nominaciones ha logrado por los Globos de Oro, pero la Academia no quiere nada con él. Y no se ven señales de que cambien las cosas.

Albert Finney

El ya fallecido Albert Finney tuvo una carrera admirable, desde sus primeros años en la nueva ola de cine británico de los años 60 hasta pequeños papeles tan emotivos como el de Big Fish de Tim Burton, pasando por inolvidables como Asesinato en el Expreso Oriente de 1974 o Erin Brockovich en 2000, por solo nombrar tres de las cinco veces que estuvo nominado. Ni Oscar honorífico tuvo. Una lástima.

Montgomery Clift

Fue el más atormentado de los alumnos del Actor’s Studio y uno de los mejores actores de Hollywood durante más de 20 años. Cuatro veces nominados, entre ellas por maravillas como Red River, A place in the sun o From here to Eternity. Pero nunca lo ganó. “Hay algo gracioso en los Oscar”, dijo alguna vez, “ni Greta Garbo ni Chaplin lo han ganado nunca, así que creo que el verdadero mérito es no tenerlo”.

Ava Gardner y Deborah Kerr

El rodaje mexicano de La Noche de la Iguana concentró a la prensa por el romance de Richard Burton, su protagonista y Elizabeth Taylor, visitante en el set de filmación. Y dejó momentos para el recuerdo, como esta foto de Ava Gardner y Deborah Kerr. Aunque ambas siempre estuvieron espléndidas, la Academia nunca las consideró. Cuando Deborah Kerr, en 1994, se llevó un Oscar honorífico, dijo: “La mejor compensación es estar satisfecha con mi trabajo”.

Cary Grant

Hay varias razones podrían explicar el escandaloso ninguneo de los Oscar hacia Cary Grant, y tienen que ver con su talante independiente que lo llevó a convertirse en el primer actor que se descolgaba del sistema de estudios y se decidía a firmar contratos película a película, abandonando la Academia. Con sólo dos nominaciones en 50 años de triunfal carrera, Grant fue compensado con un Oscar Honorífico en 1970 que dudó en aceptar. Volvía así a una gala a la que, tras perder por primera vez, sólo había acudido para recoger el Oscar que Ingrid Bergman ganó por Anastasia y para entregar el de Alec Guinness por El puente sobre el río Kwai.

Greta Garbo

La primera vez que habló, la nominaron al Oscar. La primera vez que se rió también. Pero no fueron méritos suficientes para que la Academia se le ocurriera premiarla. Siempre enigmática, una estrella a contracorriente, se retiró del cine casi al mismo tiempo que su aversión a las cámaras y eventos, a las multitudes y a los periodistas y que la llevaron a vivir como una ermitaña. En 1955, la Academia le dio un Oscar honorífico que no fue a recoger. Tampoco había asistido a sus derrotas. Siempre en su ley.

Marilyn Monroe

Más de 50 años después de su muerte, la estrella de Marilyn Monroe se mantiene igual de resplandeciente, cuando se empeñaba en mejorar ese estigma de símbolo sexual e intentar ser una actriz de carácter que la Academia jamás le valoró. Tampoco se rindieron ante su talento para la comedia en maravillas como Some Like it Hot, que sí le valió un Globo de Oro. Su director, Billy Wilder dijo de ella alguna vez: “como actriz de comedia era absolutamente genial, un regalo de Dios”. Aún así, el mito no fue jamás nominada al Oscar.

Kirk Douglas

Tres veces optó al Oscar como Mejor Actor. En 1996 le dieron un galardón honorífico por sus 50 años de carrera. “Todo el mundo quiere ganar. Y aquella vez sí pensé que tenía posibilidades, todos me decían que no tenía rival…” confesaba luego de perderlo ante Yul Brynner por El Rey y yo, lamentando su suerte esquiva con la estatuilla.

Lauren Bacall

“Hay actrices que siempre optan a los premios y hay actrices que siempre se los llevan. Nunca he estado en esas categorías”, escribía Lauren Bacall en su autobiografía. Y es que desde su debut y durante más de 50 años jamás la nominaron al Oscar. Pero llegó Barbra Streisand con The Mirror Has Two Faces en 1996 y su suerte cambió, con una primera candidatura y la etiqueta de favorita: “Hice un gran esfuerzo por aparentar tranquilidad. No creo que tuviera mucho éxito”. Cuando Kevin Spacey pronunció el nombre de Juliette Binoche, ganadora por El Paciente Inglés, su rostro fue un poema que Hollywood aún no ha olvidado.

Richard Burton

Cuenta la leyenda que John Wayne se le acercó con el Oscar que había ganado en 1969 y le dijo: “Tú deberías tener esto, y no yo”. Richard Burton había perdido por sexta vez y lo convirtieron en una de las víctimas favoritas de una Academia que no perdonaba su carácter impetuoso y su mala fama, de la que él se reía: “Me gusta ser un genio malcriado, borracho y mujeriego, como reputación es bastante atractiva”.

Barbara Stanwyck

“Por supuesto que sufrí una decepción las veces que me nominaron y perdí. Todo aquel que diga lo contrario miente”. Stanwyck era sincera, pocos minutos después de que la Academia le diera el Premio Honorífico en 1982, intentando reparar las cuatro ocasiones en que le negaron la estatuilla. Quizás la actriz pagara así sus desaires a la vida en Hollywood, que denominaba “la ciudad de cartón piedra”.

Groucho Marx

Quizás su inclusión en esta lista resulte una excentricidad y es que Groucho Marx siempre hizo el mismo personaje, pero eso no excusa a una Academia que nunca se ha caracterizado por valorar los trabajos cómicos de los actores que nomina. Groucho no fue una excepción, aunque, como tantos otros ilustres olvidados, pudo recoger un Oscar Honorífico en su nombre y en el de sus ya fallecidos hermanos. Un genio de lengua viperina y mente privilegiada cuya locuacidad sigue asombrando.

Robert Mitchum

Sorprende comprobar que luego de una nominación como Mejor Actor Secundario en 1945 y ser comprobadamente un actor apabullante, aunque con fama de peleador y rebelde, Robert Mitchum nunca volvió a ser valorado. Ni por su actuación icónica en La Noche del Cazador. “La Academia no me volvió a molestar nunca más”, diría alguna vez.

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