Ha sido uno de los miembros más queridos de la realeza, pero también de los más polémicos. Su vida ocupó miles de portadas y lo que podría haber sido un cuento de hadas del siglo XX, no lo fue. Sin embargo, Diana vive para siempre; recordada por su historia y su dolor, pero también como una madre preocupada y un ícono de carácter, humanidad y estilo.
Cuando Meghan y Harry decidieron dejar su rol en la realeza para mudarse a Estados Unidos, una de las grandes interrogantes fue qué hubiese dicho Diana. Más allá de lo que expertos y biógrafos puedan asegurar, fue la propia princesa quien pareciera haber dado su opinión en una entrevista a la BBC en 1996. “William es muy parecido a su papá, más tradicional y racional. Pero Harry… él es como yo”, confesó en ese momento. Sencillo, sensible y liberal, fueron algunas de las palabras que usó para hablar de su hijo menor, pero también reveló su preocupación y el miedo a que se sintiera excluido de la familia real al ser William el segundo en la línea de sucesión al trono. Sin embargo, Roberto Devorik, confidente y asesor de la princesa, asegura “que no estaría contenta con la idea de que uno de sus hijos dejara de lado parte de sus obligaciones”.
¿Qué hubiese dicho la princesa del pueblo? Eso jamás lo sabremos. Pero aun cuando han pasado más de 20 años desde el trágico accidente, Lady Di se mantiene presente en las decisiones actuales de la familia real, y pareciera haberse adelantado a los caminos elegidos por sus hijos. Según cercanos a la familia, cuando la ex esposa del príncipe Carlos perdió su status de Alteza Real, no puedo evitar sentir tristeza. Y ante sus lágrimas, William le habría prometido: “no te preocupes mamá, algún día cuando sea rey te lo devolveré”. Paul Burrell, su mayordomo, comentó que Diana luego entendería que el título no importaba y que prefería ser conocida por su humanidad. Algo que los duques de Sussex exigieron a los medios antes de tomar la decisión de irse a vivir a otro país.
Este 1 de julio Diana Frances Spencer habría cumplido 60 años, y muchos se preguntan cómo hubiese sido Lady Di en tiempos de Instagram y cuarentena. ¿Sería una influencer? Definitivamente sí, pero por naturaleza, tal como lo fue mientras vivía y como lo sigue siendo más de 20 años después de su muerte. En su cumpleaños número 50, la biógrafa Tina Brown dijo que “Diana sería una experta en moda y recurriría al bótox, se habría casado al menos dos veces y quizá se hubiera mudado a Nueva York”. En Estados Unidos, Francia o el Reino Unido, donde quiera que hubiese estado, los expertos coinciden en que seguiría siendo un icono de carácter, humanidad y estilo. Y es que así como su empatía natural le removió el piso a la monarquía, su sentido de la moda se destaca hasta el día de hoy.
La tímida princesa que salió del brazo del príncipe Carlos, un 29 de julio de 1981, de la Catedral de Saint Paul en Londres, quedó olvidada para convertirse en la mujer más fotografiada del mundo. Diana revolucionó la corona británica, usó su fama para ayudar a los demás y con gestos tan pequeños como fotografiarse dándole la mano a una persona con SIDA, cambió al mundo en una época llena de tabúes, y fue la primera de la realeza en sacarse los guantes para saludar a quienes visitaba.
Eleri Lynn, encargada de la exposición en Kensington Palace Diana: su historia de la moda, explicó a revista People un poco más sobre algunas de sus elecciones de vestuario.
“Ella se saltaba el protocolo real de llevar guantes porque le gustaba sostener la mano de las personas que iba a visitar o estrecharla y tener un contacto directo”. Y agregó, “también dejó de llevar sombreros porque decía ‘No puedes abrazar a un niño si llevas uno’”. O cuando visitaba hospitales, “llevaba ropa alegre que transmitiera calidez y, a menudo, joyas grandes para que los niños se acercaran a jugar con ellas”.
La vida de la madre de William y Harry parece haberse simplificado a partir de su separación en 1992, y más aun tras el divorcio en 1996, algo que también se vio reflejado en su estilo. Atrás quedaron los trajes de dos piezas, el tweed, los cortes cuadrados y los colores pálidos, para dar paso a vestidos cortos, los escotes y las zapatillas. Y así como su agenda se llenaba de compromisos, ella supo utilizar su estilo para cumplir con su nuevo rol y, al mismo tiempo, dar un mensaje a sus detractores. Algo conocido en las comunicaciones políticas como ‘power dressing’. Se convirtió en toda una autoridad pública con un armario simbólico, en el cual destaca el conocido “vestido de la venganza” que usó en la fiesta de Vanity Fair en la Serpentine Gallery, la misma noche en que el príncipe Carlos anunciaba públicamente su relación con Camilla Parker-Bowles. El diseño corto y negro de la griega Christina Stambolian dio la vuelta al mundo.
Diana era una visionaria en la moda y en la actualidad uno de sus looks más simples y comunes, resulta ser el más recurrente: sweaters XL con leggins de ciclista y zapatillas. Tanto a Kate Middleton como a Meghan Markle se les suele comparar con su suegra en varios de los diseños que eligen tanto para ocasiones especiales, como para el nacimiento de algunos de los nuevos integrantes de la familia.
La princesa eterna, como le dicen, fue una líder innata que revolucionó a la monarquía, la prensa, las celebridades y al mundo entero. Y que preparó a sus hijos enseñándoles que había vida más allá de las rejas del palacio de Buckingham.