La ansiedad, como el estrés, es una respuesta del organismo antes situaciones límites. El problema es que fácilmente puede volverse crónico y esto tiene consecuencias en nuestra salud. Desde afectar nuestro sistema inmunológico, aumentar el riesgo de sufrir depresión y enfermedades cardiovasculares, a marcar nuestro rostro. Sí, tal como lees, tanto el estrés como la ansiedad pueden dejar marcas en nuestra piel, reflejando la ansiedad en la mirada.
Piel seca, arrugas y acné son algunas de sus manifestaciones. Así como también las bolsas en los ojos y la pérdida de elasticidad de la piel. Y es que el estrés y la ansiedad no solo tienen un efecto negativo en la propia piel, sino que además te lleva a seguir malos hábitos que también tienen un efecto perjudicial para tu rostro.
Por lo mismo, seguir una rutina de belleza acorde con la situación es ideal. Y en este caso se trata de aliviar y alivianar la piel.
Paso 1: Limpiar
La clave y base de toda rutina, quitarse el maquillaje y lavarse la cara antes de aplicar cualquier producto. Para que se absorban correctamente los ingredientes, necesitas una piel limpia, libre de aceite y suciedad.
Paso 2: Tónico
En la actualidad los tónicos se han vuelto un must de la rutina de belleza, esto porque están llenos de ingredientes hidratantes y suaves para cuidar la piel. Es un producto que actúa de base y prepara tu rostro para que los ingredientes se absorban mejor.
Paso 3: Sérum
Los sueros son básicamente una inyección de nutrientes, hidratantes y antioxidantes. Todo muy concentrado, mejoran la salud de la piel prácticamente al aplicarlo. Nunca lo elimines de tu rutina.
Paso 4: Contorno de ojos
Las cremas para la zona de los ojos suelen ser más ligeras que los humectantes faciales, así que debes aplicarlas antes de las cremas y los aceites. La regla es siempre aplicar el producto más ligero primero y el más pesado al final. Obviamente hay de día y de noche, por o que eso dependerá de la que estés usando. Idealmente se usan dos veces al día.
Paso 5: Tratamiento focalizado
Ya sean manchas, cicatrices, acné, u otros tratamientos focalizado, la sugerencia de los expertos es tratarlos por la noche.
Paso 6: Humectación
Siempre se necesita. No importa el tipo de piel que tengas, la humectación es necesaria. Solo debes elegir la que mejor funcione con tu piel.
Paso 7: Retinol
Este derivado de la vitamina A ayuda a acelerar la renovación celular. Por ende, tendrás una piel más fresca, suave y menos arrugada.
Paso 8: Aceites
Los aceites faciales tienen una función oclusiva, esto es, sellan todos lo que acabas de aplicar en la cara para evitar que se evaporen rápidamente. No lo olvides: estos siempre van al final. Siempre.
Y no creas que los aceites son sólo para la piel seca; ciertos aceites, como la rosa mosqueta y la jojoba, pueden disminuir el exceso de grasa en la piel propensa al acné.
Eso sí, recuerda que estas son sugerencias generales de lo que deberías incluir en la rutina. En cuanto a marcas o productos específicos que requiera tu tipo de peil, es mejor que lo consultes con un dermatólogo.