“Un vegano convencido de que su modo de vida precisa de algún tipo de cobertura legal se ha querellado ante la justicia británica para reclamar protección ante un despido que considera discriminatorio. El caso planteado por Jordi Casamitjana, vegano desde hace 17 años, ante un tribunal laboral intentará dirimir por primera vez en el Reino Unido si el veganismo es una “creencia filosófica” digna de ser equiparada a otras religiones o simplemente una opción utilizada en este caso como excusa por el querellante”. Así comienza el extenso artículo publicado hoy en el diario El País de España sobre el caso que tiene en vilo no solamente a los británicos sino a los veganos alrededor del mundo.

Para calificar efectivamente como creencia filosófica, “el veganismo debe cumplir una serie de requisitos: ser genuinamente mantenida; influir sobre la vida de la persona de forma sustancial; tener un cierto nivel de coherencia, seriedad e importancia; ser merecedora de respeto en una sociedad democrática, no incompatible con la dignidad humana, no entrar en conflicto con los derechos fundamentales de otros; y ser una creencia y no una opinión o punto de vista basado en la cantidad de información disponible en un momento dado”, según explica el sitio argentino Infobae que también recoge el tema.

Habrá que esperar la resolución del tribunal, pero la discusión recién comienza. ¿Es el veganismo una religión? 

“Creo que no lo es, porque para eso tendría que haber un culto a algo. En realidad es una decisión filosófica de vida que tiene que ver no solamente con lo que comemos, sino con lo que hacemos o no hacemos”, opina la modelo Eliana Albasetti, una voz respetada en estos temas. 

“Dentro de ser vegano yo no me subiría a una carreta tirada por caballos, o no me iría a ver un espectáculo de orcas. No pagaría por ver a delfines encerrados que me den un beso… es un tema de vida, no si como o no como pollo. Es vivir haciendo todo el esfuerzo para matar lo menos posible porque yo ya por vivir deja una huella, pero el tema es hacerlo conscientemente y sin hacerle mal a ninguna otra especie. Tiene que ver con el respeto, no sentarse arriba de la pirámide sino asumirnos como un eslabón más de la naturaleza. Si todos lo hiciéramos probablemente muchos problemas de los que vivimos hoy en día no existirían”, completa la trasandina que acaba de anunciar su segundo embarazo.

Para ella, la clave está en intervenir de manera positiva -como por ejemplo haciendo un santuario-. “Ser vegano es tener mega arraigado el ‘vive y deja vivir’”, concluye.