Revista Velvet | 20 años de “Moulin Rouge!”: la catarsis y el renacer de Nicole Kidman
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20 años de “Moulin Rouge!”: la catarsis y el renacer de Nicole Kidman

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20 años de “Moulin Rouge!”: la catarsis y el renacer de Nicole Kidman

POR Carlos Loyola Lobo | 25 octubre 2021

Hubo una época, a principios de los 2000, en la que casi todo el mundo de cierta edad (los más jóvenes especialmente) tenían la misma respuesta cuando les preguntaban por su película favorita. Moulin Rouge! era lo que se escuchaba con regularidad. La cinta de Baz Luhrmann, conocido hasta ese momento por haber hecho esa adaptación playera de Romeo y Julieta, con santos estampados en las camisas de los protagonistas y Leo DiCaprio con traje de caballero feudal, desde una piscina declamándole amor eterno a una enamorada Claire Danes vestida de ángel. Moulin Rouge!, la película que terminó siendo el despertar de Nicole Kidman después de una separación muy pública con Tom Cruise, cumple 20 años desde su estreno. Y ha sido la propia Nicole Kidman la que lo ha celebrado en sus redes, quien interpretó a la heroína trágica del filme, Satine, inspirada en la Margarita Gautier de Alejandro Dumas y en La Traviata de Verdi. “Estos son algunos de mis recuerdo favoritos de ‘Moulin Rouge’, cuyo 20 aniversario es mañana”, dijo la estrella hace algunos meses en sus redes, compartiendo algunas de las imágenes más emblemáticas del que ya es un clásico moderno del cine, cuyo estreno oficial fue en la apertura del Festival de Cine de Cannes del 2001.


No es casualidad que Kidman sea la que más celebre el aniversario de este filme, que más allá de haber renovado el género del musical con su estilo barroco y de videoclip frenético, fue fundamental en su vida. Mas bien fue Moulin Rouge! y Los otros, la película dirigida por Alejandro Amenábar, los dos éxitos que inauguraron la época dorada de Nicole Kidman como actriz. Filmadas ambas mientras la actriz ponía fin a más de una década junto a quién significaban ser una de las parejas más emblemáticas del Hollywood de aquella época: Tom Cruise. Mientras bailaba al ritmo del can-can, la australiana firmaba los papeles que sellaban el divorcio con el actor. Juntos acababan de terminar el rodaje de Eyes wide shut, la última película del mítico Stanley Kubrick, la que tardó años en filmarse y cuyo tránsito contribuyó a desgastar su relación con el protagonista de la saga Misión: Imposible. Todo este dolor, Nicole lo volcó en la pantalla y lo que logró fue pura magia.

Y es que hasta la polémica película de Kubrick a Nicole Kidman se le consideraba “el arroz graneado” de Tom Cruise. Pese a que su talento estaba más que demostrado en filmes como Todo por un sueño de 1995 o en Retrato de una dama de 1996, no fue hasta que firmó el divorcio que la actriz no brilló con alas y luces propias y Hollywood descubrió y terminó rindiéndose a sus pies con un Oscar a Mejor Actriz por su interpretación de Virginia Woolf en la inolvidable Las Horas de 2002. De esos años, contó en una entrevista que “no era capaz de afrontar la realidad, y como actriz resultó maravilloso perderme en la vida de otras mujeres. De mi divorcio salieron una serie de trabajos muy aplaudidos, algo muy interesante para mí”.

El rodaje de Moulin Rouge! fue extenso, exigente y complejo en cuanto a logística. A principios de 2000, en plena filmación en Australia, con un impresionante despliegue técnico por parte de Fox, Nicole se disponía a rodar la famosa escena en donde canta Sparkling Diamonds, que mostraba a su personaje colgado de un columpio. El accidente no tardó en llegar: la actriz se rompió una costilla y se lesionó una rodilla que también le daría problemas cuando se trasladó a Cantabria para filmar Los otros, interrumpiendo el rodaje del filme de terror. El accidente de la costilla fue noticia en la época, así y todo Baz Luhrmann tuvo especial cuidado para que sus estrellas no siguieran teniendo problemas durante el rodaje. En las secuencias en las que Nicole Kidman junto a Ewan McGregor aparecen cantando sobre la cabeza de un elefante de utilería, ambos llevaban arneses para no caerse desde los 15 metros de altura a los que estaban encumbrados. Nada se dejó al azar: el departamento de vestuario creó 300 trajes gracias a unas 80 personas que cosían y hacían nuevos modelos día y noche. Pese a la apariencia digital de muchos de los escenarios, también se utilizaron efectos especiales de carácter más artesanal. En el plano en el que los sombreros se elevan en medio de la pista del cabaret, todos estaban colgados de cañas de pescar.

Lesionada pero fortalecida con un personaje que era un prototipo del romanticismo, Kidman salió de aquel rodaje con la certeza de que había hecho una película que sería amada y odiada en partes iguales. Y no se equivocó. Durante su estreno en Cannes, la crítica reprochó a Luhrmann el frenético ritmo del montaje de videoclip que le impregnó al filme. Términos como “pastiche posmoderno”, fueron constantemente usados de la manera más despectiva posible.

Los periodistas especializados en la Riviera francesa no vieron que a muchos les gustaría la película. La Academia de Hollywood elogió la renovación que hace del musical tradicional. 8 nominaciones al Oscar así lo demostraron. Una de las pocas canciones originales que sonaban en el soundtrack, Come what may, y que cantaban a dúo los dos protagonistas, no pudo ser nominada por haber sido creada -pero no utilizada- para la anterior cinta del director, la ya recordada Romeo + Julieta. Pero Nicole sí fue nominada por este rol, pese a que la crítica la elogiaba más por su interpretación de aquella madre fantasma en Los Otros. De esta manera, la actriz pasó de ser la colorina alta que acompañaba a Tom Cruise en las alfombras rojas, a una especie de Vivian Leigh del siglo XXI, donde todas las miradas estaban sobre ella y todos querían ver los nuevos proyectos en los que participaría.

Moulin Rouge! significó una catarsis para Nicole Kidman. Un desahogo que terminaría con el Oscar por su rol en Las Horas. Pero no todo triunfo laboral se acompaña de una salud emocional acorde, tal y como la propia actriz lo explicó: “Yo sujetaba una estatuilla y jamás había estado tan sola en la vida”. Dos décadas más tarde, con la película convertida en un premiado musical de Broadway, Nicole, además de haberse convertido en una insigne y premiada actriz y productora de cine y televisión, al lado de su marido, el cantante country Keith Urban con quien lleva 15 años de casada, puede decir que Satine no está más sola.

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