Uno de los cambios más drásticos que sufrimos todos con la pandemia, y las cuarentenas, ha sido precisamente la forma de trabajar. No volvimos a pisar una oficina y algún rincón de la casa fue transformado en escritorio. Sin embargo, por alguna razón, cuesta más concentrarse, pero el método Pomodoro puede ser tu mejor aliado.
Ser productivo en casa puede estar sujeto a múltiples factores. En el caso de quienes son padres, los niños pueden ser un tema a la hora de trabajar, pero también lo pueden ser el simple de hecho de no estar en un ambiente laboral como tal. Con las distracciones a la orden del día, esta técnica que data desde los años 80 es quizás la pieza clave en tiempos de teletrabajo.
Creada décadas atrás por el italiano Francesco Cirillo, el método Pomodoro nació para administrar de mejor forma los tiempos, para así mejorar la productividad, y su nombre obedece al reloj de cocina con forma de tomate que usó su creador para desarrollar el método.
Personalmente, si bien he logrado tomarle el ritmo al trabajo desde la casa, confieso que he leído sobre técnicas para mejorar las horas laborales. Y es que es fácil caer en el exceso de horas frente al computador, precisamente por agentes distractores que no tenemos en la oficina.
El sistema es simple, se trata de dividir las horas de trabajo en periodos de tiempo de 25 minutos (pomodoros), con espacios de descanso entre ellos. De esta forma, decía su creador, uno se concentra en una sola tarea cada ciertos espacios de tiempo, agilizando el trabajo diario.
El paso a paso es simple:
Primero enumeras las tareas del día.
Cuando tienes el listado completo, comienzas con el primer pomodoro de 25 minutos.
Durante esos minutos trabajas concentrado en ese pendiente, sin desconcentrarse, hasta que suele la alarma.
Descansas por 5 minutos, y comienzas con el próximo pomodoro.
Una vez que hayas cumplido 4 pomodoros, con sus breaks entre medio, tomas una pausa más larga de 20 a 30 minutos. Y luego continúas.
Ahora bien, se debe tener en cuenta que todo dependerá del tipo de trabajo que realices, y también hay que adecuar un espacio físico ideal, como por ejemplo, evitar el dormitorio.