El mayor de los hermanos (dos hombres y dos mujeres), Enrique Paris era buen alumno, tranquilo, deportista y llegó a integrar un cuarteto folclórico en Puerto Montt, donde nació. “Me decían el Chico Paris, aunque nunca me afectó mi estatura, eso jamás”, me contó hace algún tiempo en una entrevista para La Segunda. También reconoció que no es precisamente el tipo bonachón que vemos cada día ante las cámaras.
Tanto en su estatura como en temperamento he reflexionado en los últimos días para este blog, ahora que la cartera enfrenta un complejo escenario ante los efectos políticos del Covid-19.
Me refiero a la epidemia de querellas que lideran distintos sectores de la oposición por, lo que denuncian, un temerario manejo de los contagios y muertes que hoy suman 12.600 personas.
El fenómeno no es tan distinto al que ya sucede en países como Italia, España o Francia, donde sus autoridades hoy se enfrentan a la justicia.
Tampoco es muy diferente al enfrentado por Michelle Bachelet ante el tsunami de 2010, cuando fue procesada junto a un ministro y las autoridades del SHOA por la muerte de 300 personas. La situación empañó gravemente el segundo mandato de la Presidenta, y será recordada como uno de los momentos más graves de su gestión.
Recordemos que entonces las querellas fueron iniciadas por figuras de la centroderecha y los defensores de la mandataria lo calificaron como un “asesinato de imagen”.
Hoy, la situación se dio vuelta y es el gobierno de Sebastián Piñera el que enfrenta una investigación desformalizada por parte de la fiscalía. También es su sector hoy acusa un intento para “empañar la gestión del mandatario”, como lo dijo en una entrevista el ex ministro Jaime Mañalich.
El ex titular de Salud y otras autoridades del Minsal en contra de quienes apuntan las querellas presentadas por el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, así como algunas personalidades del Frente Amplio.
Enrique Paris también podría enfrentar cargos luego del polémico plan de Fiestas Patrias, “Fondéate en tu casa”, cuyos efectos en la salud pública están por verse. El se defendió: “No me han doblado la mano ni me siento menoscabado”, dijo.
Eso mientras que durante su administración, Magallanes enfrenta las peores cifras del país, no muy distintas a la curva que exhibió al comienzo de la pandemia.
Paris se alineó a la estrategia legal del gobierno (liderada por Samuel Donoso) al negarse a la entrega de datos electrónicos solicitados por la Fiscalía hasta no tener un pronunciamiento de la Corte Suprema, algo inédito en la historia del Ministerio Público.
En la entrevista que mencioné al comienzo, le pregunté sobre la querella de Jadue: “Es una teoría súper rara –contestó–. Claro, él pretende ser candidato a la presidencia por el PC; probablemente tiene otras inquietudes, por decir una palabra suave… A lo mejor cree que así puede conseguir votos. No voy a caer en su juego”.
Lo cierto es que ya no se trata de un juego sino de un severo golpe al segundo mandato de Sebastián Piñera, que ponga en serios problemas judiciales a varios de quienes lideraron la estrategia sanitaria de cara a la pandemia que aún no termina.
¿Y Paris? Según me contó esa vez, no se desvela, menos cuando se trata de política: “Cuando todo esto se termine me gustaría retomar un proyecto en Ocoa, cerca del cerro La Campana; justo había hecho una ampliación en una casa muy pequeña, de un dormitorio con un escritorio para escribir y leer. Espero poder retomarlo cuando se pueda, si es que se puede…”.