Dicen que la sesión marcó un rating histórico para el canal de la Cámara de Diputados. En sus casi diez horas de transmisión, con los parlamentarios in situ y no por Zoom, como hace tiempo no se les veía, fue una larga jornada en la cual se aprobó por amplia mayoría la idea de legislar en cuanto al retiro del 10% de sus fondos en las AFP.
Hubo momentos de alta tensión, dramatismo y hasta un desmayo. El diputado Christián Moreira (hermano del senador) se habría “desvanecido” , debido a las fuertes presiones del Ejecutivo para revertir su voto a favor de la iniciativa.
También se vieron caras largas, nerviosismo, discusiones y hasta gritos en pleno pasillo. Bombardeos por Whatsapp. Los celulares no paraban de vibrar.
“Ayer no vi ninguna serie, para qué, si la mejor estaba pasando en el Congreso”, me comentaba una periodista de Velvet.
Blumel, Briones, Alvarado intentaban, frenéticos, revertir la tendencia, incluso mientras el proyecto se votaba en sala. Pero todo terminó en una sonora derrota.
El peor golpe, directo a la cara del gobierno, con participación de varios en el oficialismo: 9 diputados de RN y 4 de la UDI votaron a favor.
En una escena digna de registrar en un guión, dicen que la ira de Piñera ante el comité político, en una reunión de urgencia en La Moneda, fue de alto impacto. Luego salió Blumel a dar la cara ante los medios: “como coalición debemos aprender: lo que pasó ayer no fue bueno y constituye un traspié muy importante”, dijo.
El santo grial del modelo económico, defendido con fuerza por la centro derecha a lo largo de más de cuatro décadas y que requería sortear el máximo quórum por tratarse de materia constitucional, empieza a quedarse sin resguardos.
Políticamente, esta derrota marca un claro precedente, un punto de inflexión. Parte de los que hasta entonces eran los aliados del gobierno, quienes hicieron campaña por la candidatura de Sebastián Piñera, ahora muestran su desafección. Mientras que el gobierno es incapaz de ordenar a su rebaño.
El fantasma del vacío de poder recorre los pasillos de La Moneda.
En los siguientes capítulos ya se anticipa un posible ajuste de gabinete. Se rumorea que el ministro del Interior habría puesto su cargo a disposición.
Lo cierto es que esta serie, sin el glamour de House of Cards pero con altos momentos dramáticos, continuará. Aún falta un largo trámite en el Senado, donde será el propio Piñera quien deberá alinear personalmente a sus fuerzas y hacer todos los esfuerzos para no dejar que se desmorone su poder. La serie del momento tiene un nombre y un punto de inicio: El Desborde.